Guerra comercial por la soja China responde a Trump y Argentina busca capitalizar la disputa
La tensión entre Estados Unidos y China volvió a escalar con la soja como eje central. Mientras Donald Trump endurece su discurso y amenaza con nuevos aranceles, el gigante asiático llamó al diálogo pero ratificó que no retomará las compras de soja estadounidense.

El portavoz de la Cancillería china, Lin Jian, fue tajante: “Las guerras comerciales no benefician a nadie”. Además, subrayó que la postura de Pekín es “clara y coherente” y que cualquier diferencia debe resolverse en un marco de respeto e igualdad.
Soja en el centro del conflicto
China mantiene suspendidas las compras de soja norteamericana desde la última campaña y aplica un arancel del 34 % a las importaciones. En 2024, EE.UU. llegó a representar el 21 % de las compras externas del grano, pero la estrategia de diversificación china cambió el mapa: hoy recurre con más fuerza a Sudamérica, principalmente a Argentina, Brasil y Uruguay.
Trump, molesto por esta situación, incluso planteó limitar importaciones clave de China como aceite de cocina y grasas animales, insumos estratégicos para la industria de biocombustibles en EE.UU. Analistas advierten que si Pekín no reanuda los pedidos en las próximas semanas, los productores norteamericanos podrían perder hasta 16 millones de toneladas de ventas.
Un escenario que favorece al Mercosur
La disputa abre una ventana de oportunidad para Sudamérica. Argentina, en particular, está logrando ubicar más soja, harina y aceite en el mercado chino, que busca asegurarse provisiones frente al bloqueo a EE.UU.
No obstante, la situación genera incertidumbre política. El secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, presionó para que Argentina reduzca su vínculo comercial con China, lo que desató preocupación local.
El gobernador de Santa Fe, Maximiliano Pullaro, respondió con firmeza: “China es nuestro principal socio comercial. Argentina debe hacer lo que le convenga al país”. En la misma línea, Gustavo Idígoras, presidente de Ciara-CEC, destacó que se reabrieron negocios clave como harina y aceite de soja y advirtió que “cualquier intento de frenar este vínculo iría en contra de los intereses nacionales”.
Incertidumbre global
Los cruces entre Washington y Pekín también repercuten en los mercados financieros. Empresas como ADM y Bunge registraron caídas por temor a un recrudecimiento del conflicto, mientras los precios internacionales de materias primas siguen bajo presión.
En este tablero de alta tensión, Argentina aparece como un jugador que puede ganar espacio, siempre y cuando logre sostener su relación con China y al mismo tiempo evitar quedar atrapada en el choque de las dos mayores potencias del planeta.
Fuente: Bichos de Campo