En Chicago, la soja cayó a los valores más bajos en siete semanas y el mercado local sigue sin reacción
La soja volvió a bajar en el mercado de Chicago y tocó valores que no se veían desde hace siete semanas. La posición enero cerró en US$393,80 por tonelada, una caída de US$1,38 respecto del viernes y el nivel más bajo desde octubre.
El precio viene presionado por un combo de factores externos —menores compras de China, falta de definiciones en Estados Unidos sobre biocombustibles y muy buenas perspectivas productivas en Sudamérica, especialmente en Brasil— y ese escenario tampoco logró generar un impacto positivo en el mercado local, donde los valores se mantienen sin cambios importantes y la operatoria sigue calma.
En la plaza local, en tanto, la posición enero de la oleaginosa en el mercado a término cerró en US$345, con una baja de US$0,50, mientras que la soja disponible se negoció en $500.000 por tonelada, $2000 menos que en la rueda anterior.
Además, este martes el Banco Central anunció una nueva fase en la política monetaria con bandas cambiarias con la actualización mensual de las bandas cambiarias según el último dato del índice de inflación. Según la lectura de los analistas, la medida no debería generar modificaciones inmediatas en la comercialización mientras el dólar se mantenga dentro de las bandas, aunque es vista como una señal para evitar su atraso y podría sumar cautela en las decisiones de venta en el corto plazo.
Según explicó Bruno Todone, analista de Granos de AZ-Group, el retroceso de la cotización de la soja en Chicago responde a una combinación de factores negativos que se fueron acumulando en las últimas semanas. “El precio de la soja en Chicago hoy perforó la barrera psicológica de 400 dólares por tonelada para caer a 395, valor equivalente al que cotizó a fines de octubre y a mediados de junio”, señaló.
Uno de los principales elementos que presionó a la baja fue la menor demanda de China. Todone explicó que el gigante asiático no cumplió con las compras que se habían mencionado en las conversaciones con Estados Unidos. “China ha comprado menos soja de la que prometió adquirir. Específicamente, importó 3,64 millones de toneladas de los 12 millones que se había conversado, y ese comportamiento no convence al mercado”, indicó. “El segundo factor negativo fue la ausencia de definiciones sobre la propuesta de la EPA respecto del aumento en la producción de biocombustibles”, agregó.
El tercer elemento bajista está vinculado al avance de la campaña sudamericana. “Los cultivos vienen muy bien en Brasil, que podría cosechar 180 millones de toneladas. En la Argentina, si bien la soja está en estados iniciales, también se desarrolla bien y podría llegar a 50 millones de toneladas”, señaló, y aclaró que habrá un recorte del área sojera, aunque menor al previsto inicialmente.
En la misma línea, Eugenio Irazuegui, de Zeni, describió un comienzo de semana con comportamiento dispar para la soja. Señaló que hubo “saldo mixto en la operatoria de soja en el arranque de la semana” y que, tras haber tocado mínimos recientes, “habiendo culminado en mínimos de siete semanas, las posiciones más cercanas quedaron por debajo de los 394 U$S/tn”.
Según explicó, la conformación de la campaña brasileña siguió añadiendo presión sobre las cotizaciones, ya que la siembra “se ha completado en un 96,7%, según los datos suministrados por la consultora local AgRural”. En ese marco, indicó que “los aportes hídricos se están tornando más frecuentes y generalizados”, lo que está dando como resultado “una recomposición en los almacenajes de humedad para la incorporación de los lotes más tardíos y el desarrollo fenológico de los cultivos tempranos”.
Por otra parte, Irazuegui se refirió a las señales que llegaron desde Estados Unidos. Indicó que la industria aceitera estadounidense, representada por la entidad NOPA, informó que “la molienda de noviembre alcanzó unos 5,88 millones de toneladas”, un volumen que “quedó debajo de la media descontada por los sondeos privados, que se inclinaba por 6 millones de toneladas”. Además, agregó que “también se reportó un aumento en las existencias físicas de aceite de soja al cierre del mes”.
Por su parte, Paulina Lescano explicó que la presión bajista vinculada a China también tuvo que ver con un cambio en los plazos de compra. El compromiso de 12 millones de toneladas de soja estadounidense, inicialmente previsto para diciembre, se extendió hasta febrero. “Desde el 18 de noviembre el mercado empezó a bajar porque esa expectativa se fue diluyendo”, indicó. Aclaró que, si bien China sigue comprando, los volúmenes son bajos frente a otros años, cuando importaba cerca de 25 millones de toneladas por campaña.
En el plano local, la analista indicó que la baja de retenciones no se tradujo en una mejora para el productor. Explicó que antes del recorte los compradores ya estaban pagando por encima de su capacidad teórica y que, al tratarse finalmente de una reducción del 2%, no hubo margen para pagar más. En ese contexto, agregó que el mercado se mantiene tranquilo y que muchos productores prefieren esperar una mejora de los precios antes de vender.
A este escenario se sumó el anuncio del Gobierno sobre una nueva etapa del programa monetario y cambiario, que contempla cambios en el esquema de bandas de flotación del tipo de cambio, con ajustes mensuales atados a la inflación. Según explicó Irazuegui, en el corto plazo es esperable que los límites de la banda se ubiquen en niveles más altos y que el tipo de cambio deje de apreciarse dentro del rango establecido, sin generar grandes cambios en la comercialización mientras no se acerque a los extremos.
Por su parte, Juan Manuel Uberti, analista de Grassi SA, advirtió que el nuevo esquema puede introducir mayor cautela en el mercado, ya que la evolución de las bandas quedará atada a una variable futura como la inflación. En ese contexto, consideró que los productores "podrían ponerse más cautelosos" en sus decisiones de venta. No obstante, destacó que la remonetización de la economía podría incrementar la demanda de dinero y aportar mayor estabilidad al dólar.
Finalmente, Todone señaló que el impacto real de los cambios en las bandas dependerá de la reacción del mercado financiero. “Habrá que esperar cómo toman los cambios los grandes operadores del mercado financiero, que tienen mucho más fuerza que los agricultores”, afirmó. En ese sentido, consideró que la medida es positiva para evitar un atraso del tipo de cambio, aunque aclaró que sus efectos sobre las decisiones de los productores se verán con el correr de los días.
Fuente: Diario La Nacion
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