Tensión Brasil reactivó una causa por dumping contra la leche en polvo argentina y hay malestar del Gobierno
La caída de los precios internacionales y la presión de tamberos brasileños explicarían la continuidad de una investigación clave de este producto para el comercio regional
El comercio de lácteos entre la Argentina y Brasil volvió a entrar en una zona de turbulencias. Luego de una decisión intermedia favorable para la Argentina en agosto pasado, el gobierno de Lula da Silva decidió continuar con la investigación de defensa comercial por presunto dumping en las exportaciones de leche en polvo provenientes de la Argentina y Uruguay, un proceso impulsado por la Confederación de Agricultura y Ganadería de Brasil (CNA) y que ahora se extenderá, al menos, hasta mediados de 2026. Fuentes del gobierno argentino reconocieron que hay malestar con Brasil por esta situación que, dijeron, no tiene fundamentos técnicos.
La medida fue adoptada por el Ministerio de Desarrollo, Industria, Comercio y Servicios de Brasil, que resolvió retomar el expediente iniciado formalmente el 11 de diciembre de 2024 bajo el amparo del Decreto 8058 de 2013. El objetivo es determinar si existe una práctica de dumping en las ventas externas hacia Brasil y si esas importaciones causaron un daño efectivo a la industria láctea brasileña.
La investigación alcanza a un grupo de empresas argentinas y uruguayas con fuerte presencia en el comercio regional. Por el lado argentino, involucra a Mastellone, Las Tres Niñas, Noal SA y Gloria Argentina SA; mientras que desde Uruguay están bajo análisis Conaprole, Estancias del Lago SRL y Alimentos Fray Bentos.
Esa decisión administrativa —no judicial— fue leída en su momento por la industria láctea como una señal favorable, e incluso se sostuvo que la denuncia presentada por los productores brasileños “carecía de fundamentos técnicos suficientes para justificarla”
Brasil es el principal destino de los lácteos argentinos y el conflicto no es menor. Según datos del Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA), en 2024 la Argentina exportó a ese país unas 178.268 toneladas de productos lácteos por un valor de US$712,4 millones. En lo que va de 2025 hasta octubre, las ventas sumaron 143.491 toneladas por US$595 millones y, aunque noviembre y diciembre mostraron una fuerte caída por la baja de los precios internacionales, el año cerraría levemente por encima del anterior.
Los productos alcanzados por la investigación son la leche en polvo entera y descremada, no fraccionada, comprendida en las posiciones arancelarias NCM 0402.10.10 y 0402.10.90; 0402.21.10 y 0402.21.20; y 0402.29.10 y 0402.29.20.
Un punto clave para el sector exportador argentino es que, por el momento, no se aplicaron derechos antidumping provisorios. Mediante la Circular 62, publicada el 11 de agosto de 2025, el gobierno brasileño había decidido no imponer recargos arancelarios adicionales mientras avanzaba la investigación, al considerar que existía una “imposibilidad de afirmar que las importaciones de leche en polvo de la Argentina y Uruguay causaron daño a los productores domésticos de leche en polvo”.
Esa decisión administrativa —no judicial— fue leída en su momento por la industria láctea como una señal favorable, e incluso se sostuvo que la denuncia presentada por los productores brasileños “carecía de fundamentos técnicos suficientes para justificarla”. Sin embargo, el escenario volvió a cambiar.
El 4 de diciembre pasado, la publicación de la Circular 94 estableció un nuevo cronograma para la etapa final del proceso, extendiendo los plazos y manteniendo abierta la investigación. Según el calendario oficial, el 4 de febrero concluirá la etapa probatoria; el 24 de febrero vencerá el plazo para que las partes se pronuncien sobre la información del expediente; el 26 de marzo se divulgará la nota técnica con los hechos analizados; el 15 de abril finalizará la fase de instrucción y el 5 de mayo será la fecha límite para el dictamen del Departamento de Defensa Comercial (Decom).
En diálogo con LA NACION, Jorge Giraudo, director ejecutivo del Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA), explicó que la relación comercial con Brasil es, a la vez, “muy simple y bastante compleja”.
“Normalmente es nuestro destino de exportación, al igual que lo es para Uruguay. En el caso nuestro, entre el 40% y 45% del valor total de las exportaciones de lácteos tienen como destino Brasil”, señaló.
Giraudo recordó que Brasil tiene “un déficit estructural de producción para abastecer su mercado doméstico” y una producción todavía muy estacional, lo que genera “baches de exceso y baches de faltante”. A eso se suma un contexto interno cambiante: “Brasil tuvo una producción que creció casi un 10% este año por cuestiones meteorológicas favorables, con un dólar que se mueve en forma irregular, una demanda sostenida, pero que tampoco puede absorber todo”.
El escenario internacional también juega su papel. “En mayo pasado, la leche en polvo que valía US$4300 en el Global Dairy Trade, hoy vale US$3100”, explicó Giraudo. En ese contexto, según describió, se reactiva un patrón recurrente: la presión de sectores de la producción primaria brasileña para frenar las importaciones.
“Hay una fuerte presión de la Confederación Nacional de Agricultura (CNA) y de grupos de productores, muchos de ellos organizados en cooperativas, que sostienen que las importaciones de la Argentina y Uruguay hacen caer el precio al productor”, indicó. En Brasil, explicó, los valores al productor son estructuralmente más altos que en la Argentina: “La Argentina está entre 30 y 40 centavos de dólar por litro, y Brasil entre 40 y más de 50 centavos”.
Además, describió una estructura productiva muy heterogénea: “Existe un grupo de tambos importantes, similares a los nuestros, pero también una gran cantidad de miles de fincas de subsistencia, de la economía no formal, con productores mucho más chicos que necesitan precios mucho más altos para sostener la actividad”.
Según Giraudo, esos sectores tienen una fuerte injerencia política a nivel municipal, estadual y nacional, lo que deriva en presiones para limitar el ingreso de productos argentinos y uruguayos, que además cuentan con la ventaja competitiva del arancel externo común del Mercosur, del 28%.
Fue así que hace tiempo comenzaron a plantear situaciones de dumping y de prácticas deshonestas, y han generado durante muchos años procesos de cierre total de importaciones, fijación de cuotas o cupos que tuvieron que cumplir entre la Argentina y Uruguay. “Ahora estamos en el mismo proceso, que se repite recurrentemente cuando el precio al productor no alcanza y está por debajo de los costos de producción”, recordó.
Mientras la investigación sigue su rumbo y, aunque por ahora no hay aranceles adicionales, según pudo saber LA NACION el tema cayó mal en el Gobierno. En este sentido, ante una consulta de este medio, desde el gobierno argentino expresaron “preocupación” y un “marcado malestar” por la decisión de Brasil de reconsiderar el entendimiento preliminar de su Secretaría de Comercio Exterior y reanudar la investigación antidumping sobre la leche en polvo, “en un contexto en el que el comercio bilateral es estratégico y debería resguardarse de decisiones sin sustento técnico”.
“La Argentina viene avanzando en sentido contrario, eliminando trabas y burocracia que históricamente restringieron el intercambio comercial. La leche en polvo es un producto relevante dentro de las exportaciones argentinas y no existen fundamentos técnicos para la aplicación de medidas: no se trata de productos similares, no hay una rama de producción nacional claramente identificable y los factores de daño que enfrenta la lechería brasileña responden a problemas estructurales, costos elevados, condiciones climáticas adversas e ineficiencias productivas, y no a las exportaciones argentinas", expresaron.
Luego añadieron: “Los propios informes técnicos del proceso reconocieron la ausencia de daño y de relación causal, por lo que la reapertura de la investigación aparece vinculada más a presiones políticas internas que a criterios técnicos. Frente a este escenario, la Argentina agotará todas las instancias institucionales y técnicas disponibles para que el caso se encauce hacia su cierre, dada la relevancia económica y política del tema y su impacto potencial sobre una relación comercial clave para ambos países".
Por su parte, Flavio Mastellone, de Mastellone Hnos, destacó que el proceso de investigación sorprende porque ya se lleva un año donde el gobierno argentino, junto con el de Uruguay y las empresas, han dado respuestas: “Lo que es la investigación terminó muy favorable para la Argentina y Uruguay. El gobierno argentino está acompañando, charlando con las autoridades de Uruguay. A fin de enero, estamos firmando el acuerdo con la Unión Europea. Entonces me parece que vamos a tener que pensar diferente con un arancel externo común para los lácteos del 28%, cuando el promedio del Mercosur es el 14%. Hay que empezar bajando un poco medianamente ese arancel externo común“.
Fuente: Diario La Nación
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