"TRIGO Y CLIMA FINANCIERO LOS PRINCIPALES EJES DE LA SEMANA"
La situación político-financiera en Europa y la posibilidad de que estos problemas afecten a otros países, especialmente China, está volviendo a generar mucha incertidumbre y gatillando una actitud de reducción del riesgo de parte de los compradores.
Cerró una semana con pocas novedades en el mercado internacional, con precios ajustándose a la baja, aunque con resistencia, especialmente en trigo, que se volvió uno de los líderes del mercado. En tanto la situación político-financiera en Europa y la posibilidad de que estos problemas afecten a otros países, especialmente China, está volviendo a generar mucha incertidumbre y gatillando una actitud de reducción del riesgo de parte de los compradores.
En el mercado local todos los ojos están puestos en la soja, que como siempre es la caja del productor agropecuario. Sin embargo varios motivos hacen que a pesar de haber contado, y contar todavía con precios que son históricamente muy atractivos para vender, los productores decidan esperar: la falta de necesidad de fondos en este momento del año, las dificultades para convertir en dólares el producto de las ventas liquidadas en pesos, la incertidumbre que generan las colocaciones en bancos, y la perspectiva de que más allá de las salidas de fondos, la soja se mantenga firma en función de los bajos stocks de la misma.
Sin embargo venimos remarcando que si bien es cierto que no hay soja suficiente en el mundo y esta situación no se revertirá con la llegada de la cosecha norteamericana, sería lógico ver un fuerte ajuste negativo gatillado por la salida de fondos que habían llegado a posiciones muy compradas en Chicago. Esta posibilidad se activó de la mano de comentarios de cancelaciones de compras por parte de China, de una mayor competitividad de Brasil gracias a la devaluación del real, y de los problemas financieros en el mundo. El argumento para frenar la misma es el devnir climático en EEUU el cual empieza a dar algunos sustos, pero lo cierto es que técnicamente se van cruzando niveles que generan nuevas olas de ventas y con tanta mercadería por vender parece difícil sostener buenos niveles de precio. Para afrontar esta coyuntura, es vital tener la tranquilidad de que aún con una fuerte baja se lograrán buenos resultados en la comercialización en virtud de tener una buena cobertura. Esto se logra con un mix de ventas y compras de PUT que veníamos recomendando desde hace tiempo antes de la baja. Quien no lo haya instrumentado ahora es algo tarde, pero de todas formas sigue siendo la alternativa que más tranquilo nos deja.
Estamos en un marco de estreches de maíz y soja disponible, con perspectivas de que el maíz recupere su oferta, pero que la soja se mantenga baja
Siempre es bueno recordar la situación de la que partimos. Las existencias que al momento hay disponibles de maíz y soja son muy bajas, y justifican un nivel de precios elevado. La cosecha norteamericana que se temrinó de recolectar en noviembre/diciembre fue pobre, y sobre esto la producción Sudamericana también fue mucho menor que lo esperado en ambos productos.
Esto impulsó las importaciones de China, que venía utilizando sus stocks acumulados para apostar a una recomposición de oferta más adelante. Esto llevó a una explosión de compras que reforzó las subas de precio en el mercado internacional.
De esta forma llegamos a la siembra en EEUU, donde respondiendo a los elevados precios del maíz sobre la soja que teníamos a comienzo de año, los productores reaccionaron con una intención de siembra de maíz impresionante a costa de soja. En base a esto, clima mediante, se obtendría una recomposición en los niveles de stocks de maíz muy importante, mientras que en soja los stocks seguirían bajos. Eso llevó a un ajuste de precios, con la soja subiendo y el maíz bajando.
Podemos darle a esta situación muchas vueltas, pero la realidad es que el mercado no obtendrá alivio de la situación estrecha de soja en el corto ni el mediano plazo. Todas las expectativas están puestas en una fuerte respuesta productiva de Sudamérica, pero para que esta se de los precios deben tentar a los productores de nuestra región. Por esto pensamos que los valores de la soja deben mantenerse elevados, aunque sujeto a las viscitudes del marco externo y la actitud de los fondos.
En cuanto al maíz, hay una situación tirante entre el precio de las posiciones que vencen en meses previos a la cosecha de EEUU, donde no habría suficiente mercadería para atender las necesidades de los compradores, y las de septiembre en adelante, donde si habría más oferta. En el corto los precios siguen sostenidos, mientras que caen fuerte a más largo plazo.
También hay un elemento que sustenta el precio del maíz y es su relación con la soja. Si el precio del maíz se hace muy bajo con respecto al de la soja, habrá sustitución de maíz por harina de soja en las mezclas forrajeras, y también sustitución de área en el mundo, y esto podría llevar a nuevas subas.
El trigo tiene niveles de stocks elevados en el mundo, pero problemas climáticos en distintos países van generando sobresaltos.
En cuanto al trigo, viene siendo un mercado muy abastecido. Los niveles de existencia son muy elevados al momento y se han mantenido así en los últimos años. El valor de este grano siempre ha sido sostenido por el maíz, al punto que el tradicional premio que siempre tuvo el trigo sobre el maíz se fue perdiendo llegando a cotizar en niveles similares o incluso el trigo por debajo del maíz.
Para la campaña nueva se espera un ajuste en la producción pero con niveles de stocks que todavía eran muy altos. Sin embargo diversos problemas climáticos ponen en duda esta cuestión.
Aquí es importante tener presente que el trigo es un mercado con gran cantidad de países exportadores y también mucha dispersión en los habituales compradores. Ello lleva a que cada región tenga un proveedor habitual. Es así como Argentina provee fundamentalmente a Brasil, Europa y Rusia al norte de África, y EEUU a Asia. Luego los excedentes o faltantes productivos de cada uno de estos proveedores sobre las necesidades de sus principales clientes, derrama sobre el mercado internacional. En años normales el trigo pasa sin sobresaltos. Pero si alguno de los grandes proveedores internacionales tiene problemas, sus compradores habituales tienen que ir a comprar en mercados donde habitualmente no aparecen y esto genera saltos de precios, a pesar de que los niveles de stocks sean altos. No obstante esta situación sería temporal, hasta tanto el problema puntual en esa zona se solucione.
La principal duda se genera en Rusia, donde tras la siembra se pasó por un invierno seco y con fuertes fríos, y actualmente cuando los cultivos necesitarían lluvias para ir definiendo su rendimiento, las mismas son esquivas. Los pronósticos que van apareciendo se diluyen y no se concretan, y esto genera gran incertidumbre. Analistas rusos sin embargo han dicho que es temprano para pronosticar un fracaso productivo, pero el Consejo Internacional de Granos ya comenzó a reducir sus estimaciones.
Pero en Europa hay una situación similar, sobre todo en España, Francia e Italia. Este bloque podría haber sido el principal beneficiado de un problema productivo en Rusia, pero si no tienen una producción acorde los compradores del norte de áfrica deberán salir a buscar trigo en otras latitudes.
Así las cosas miramos lo que pasa en EEUU y Canadá. En esta región se esperaba una buena producción de trigo, pero el clima también está haciendo de las suyas. En Canadá se está sembrando trigo y tienen una ventana para la implantación muy chica. Al igual que lo que ocurrió el año pasado, la siembra está demorándose por lluvias, y esto podría reducir la producción. En EEUU la siembra fue muy buena, y al despertar el trigo de invierno de la etapa donde se cubre de nieve y entra en hibernación mostró un estado muy bueno. Sin embargo las pocas precipitaciones sobre el centro sur de las planicies están deteriorando al trigo norteamericano.
Esto deja al mundo dependiendo de buenas producciones en Australia y Argentina, pero en nuestro país el área caería y las lluvias excesivas demoran la implantación.
Todo esto se da en el marco de precios que están relativamente bajos sobre todo comparados con soja y maíz, lo cual inspira una suba de precios muy fuerte.
Esta semana se dieron comentarios de que China podría estar limitando sus compras en EEUU lo que puso un freno a los precios, pero luego en las exportaciones semanales siguió presente.
Comentábamos antes el problema de bajos stocks de soja, y la perspectiva de que ese problema no se solucione con la cosecha norteamericana que arribará en noviembre, porque la intención de siembra es baja y la presión compradora muy fuerte. Mientras tanto las compras de porotos de parte de China en el 2011 repitió los niveles del 2010 a pesar del continuo aumento de consumo que ese país muestra. Claramente China utilizó sus reservas el año pasado para no convalidar e incluso impulsar los precios más arriba. Sin embargo cuando se enfrentó este año a una producción muy reducida en Sudamérica no tuvo más alternativa que salir a comprar e impulsar los precios al alza. De hecho si nos fijamos en los números del USDA, a pesar de un aumento en compras, China seguiría utilizando sus existencias estratégicas para evitar comprar tanta soja y seguir empujando a la suba, pero de todas formas su presencia y desesperación es notable, ya que con precios muy elevados e inflados claramente por las compras de fondos, China sigue comprando. El problema productivo sudamericano llevó también a que China siguiera comprando soja en EEUU a pesar de que normalmente en esta altura del año el proveedor habitual sea Sudamérica. Pero todo tiene un límite.
Esta semana aparecieron comentarios de que la fuerte suba de precios en Chicago y las firmes bases para la exportación, llevaron a que la soja Sudamericana se volviera competitiva contra la de EEUU. Ello generó rumores de que el país Oriental podría reducir sus compras en EEUU, e incluso realizar cancelaciones. Finalmente las exportaciones semanales que se dieron el jueves fueron buenas y tranquilizaron el mercado, pero es innegable que los precios están haciendo su trabajo y llevando a que las compras norteamericanas pausen. Al pasar esto los precios de la soja podrían alcanzar un techo.
El clima en EEUU empieza a generar alguna duda sobre la posibilidad de alcanzar los niveles de rinde esperados, lo que da cierto impulso.
También al principio se comentó que la siembra de maíz cubrió un área récord, a costas de menor superficie destinada a soja, pero que la producción dependerá del clima.
Para lograr un buen rinde en EEUU como en todos los países del mundo, se requieren buenas condiciones climáticas a lo largo de las distintas etapas de los cultivos. Pero hay dos momentos cruciales: la siembra y la floración. Para la siembra se necesita un mínimo de humedad y la posibilidad de entrar a los lotes para poder trabajar. En los últimos dos años, los excesos de lluvia en la siembra, hicieron que la misma se practicara muy lentamente y en forma tardía. Si bien esto generaba buena humedad inicial, al sembrar tarde la floración del maíz y la soja se producía más adelante, generando que los calores del verano afectaran al período reproductivo de estos cultivos. Además los mismos contaban con menor cantidad de horas de sol para desarrollarse.
Este año en particular la siembra fue muy rápida, dado que las lluvias han sido esquivas y los suelos incluso estaban bastante secos, absorbiendo las lluvias rápidamente y volviendo luego de los distintos episodios de precipitaciones las condiciones aptas para sembrar. Esto genera un primer punto a favor de buenos rindes: la siembra temprana.
Pero el problema es que la falta de reservas en el suelo, hace que los cultivos dependan de las lluvias para seguir desarrollándose. Hasta aquí la alternancia de precipitaciones y días secos había acompañado a los cultivos, pero la última semana y la que viene parecen algo secas, y esto pondría estrés climático sobre los mismos, aunque estamos en el período de nacimiento y desarrollo inicial que tiene mucho tiempo por delante.
Esto nos hace alertar sobre lo que ocurriría si un sistema de tormentas falla en el momento de la floración del maíz o la soja. La poca disponibilidad de reservas podría generar un problema muy importante. De allí que se deba sostener un prima climática en los precios, que no estaba incluida, ya que todos daban por descontado una muy buena productividad en EEUU, y esto no está asegurado para nada.
La situación Europea mantiene en vilo a los operadores del mundo.
Además de los fondos especulativos tradicionales de los mercados de granos, que operan anticipando los factores de oferta y demanda propios, tenemos presentes a los fondos financieros, cuya aproximación es distinta. No toman posiciones en granos porque vean en ellos una tendencia determinada y quieran aprovecharla, sino que lo hacen como resguardo de valor ante las posibilidades de pérdida en el valor de las colocaciones financieras tradicionales. Si un inversor institucional coloca su capital en activos poco riegosos y por ende de bajo retorno, puede ocurrir en contextos convulsionados que la devaluación de la moneda sea mayor a la rentabilidad del activo, perdiendo valor en términos reales. Esto es lo mismo que colocar dinero en un plazo fijo al 10% anual, en un país con inflación del 20% anual: si bien enforma nominal el plazo fijo genera un 10% más de moneda, con la misma se puede comprar menos cantidad de bienes que antes. Al comprar granos, en caso de que haya una desvalorización de la moneda, los activos reales de los cuales los granos son una especie, subirán de precios, y generarán ganancias. Estas ganancias compensarán la pérdida del capital. En resumidas cuentas mientras exista riesgo de devaluación, tasas bajas y carteras enormes bajo administración, tendremos fuerte presencia de fondos financieros operando en granos, y comprando posiciones que se mantienen en el largo plazo.
Sin embargo cuando hay pánico bursátil por problemas de gran envergadura como la crisis de las hipotecas subprima en el 2008 o de la deuda Griega en el 2011, los inversores se vuelven muy aversos al riesgo y prefieren retirar su dinero de los fondos de inversión. Los administradores para hacer frente a los rescates deben salir a vender, y al hacerlo generan fuertes caídas de precio.
La posición comprada de fondos índice actualmente es muy grande, y el problema que tenemos es que el recrudecimiento del riesgo en Europa genera grandes dudas en los inversores.
El recrudecimiento del riesgo se da por el nuevo enfrentamiento Hollande (Francia) Merkel (Alemania). El enfrentamiento es mucho más “civilizado” de lo que pensábamos, ya que para ganar las elecciones en Francia a Sarkosy, Hollande prometió dar marcha atrás con las políticas de ajuste fiscal. Hasta ahora no se dio marcha atrás, pero se pidió que se ponga el foco en el crecimiento. En ese sentido la discusión pasa por los Eurobonos. Esto supone que en lugar de cada país tener que ir a refinanciarse por su lado, y en este sentido enfrentar altos costos los países más riesgosos, se pretende que quien emita la deuda sea la Comunidad Europea en su conjunto, lo que generaría que los países riesgosos se beneficiaran, ya que los países más desarrollados serían codeudores de estos. De esa forma países como Grecia, España, Portugal o Irlanda lograrían fuertes mejoras en los mercados de crédito. Sin embargo Alemania se opone a esto diciendo que genera el “riesgo moral”, que consiste en que quienes han tomado malas decisiones de administración, ahora no enfrenten las consecuencias de sus actos, lo que generaría el incentivo para que todos los países hicieran lo mismo, lo que terminaría destruyendo a la comunidad. Lo cierto es que la discusión Francia – Alemania está recién arrancando y va para largo.
El otro frente de tormenta está en Grecia, donde en junio habrán nuevas elecciones, ya que no se pudo llegar entre los partidos ganadores de la última elección a un consenso acerca de la conformación del gabinete. Aquí los más extremistas plantean que en lugar de ajustarse a las duras condiciones exigidas por la Unión Europea y el mundo, Grecia debería retirarse del Euro, volver a la Dracma como moneda, devaluando lo que permitiría una licuación de sus obligaciones. Si bien hay mucha oposición a que esto se realice, lo cierto es que sería la salida más sencilla a los problemas griegos de hoy, pero implicaría generar graves problemas en el mediano plazo, al quedar fuera del Bloque Económico. Para el mercado de capitales esto implica dos cosas: por un lado que quienes tienen depósitos en Grecia deberían reclamar sus Euros antes de que los transformen en dracmas devaluadas, y por el otro que si todavía quedan fondos de inversión colocados en activos griegos, podrían ver una pérdida de valor adicional.
El tercer frente de conflicto candente es España, país que por las dificultades de la población para pagar sus créditos hipotecarios, debió nacionalizar uno de los más importantes bancos y congeló los depósitos. Esto despertó una fuerte reacción negativa de la población, y vuelve a poner el acento en lo riesgoso que es en este contexto tener dinero colocado en títulos europeos o en bancos europeos.
Por ahora estas situaciones no han generado una salida en masa de fondos índice, pero esto puedo ocurrir en cualquier momento.
Los fondos tratan de reducir su exposición al riesgo, en maíz esto no es problema porque no tienen una posición demasiado grande, pero están muy comprados en soja y muy vendidos en trigo.
En tanto los otros fondos, los especulativos, han leído bien las señales de que los precios de la soja podían subir, se anticiparon y basados en los problemas productivos de Sudamérica y el apetito Chino compraron fuertemente en la primera parte del año. Pero la posición creció demasiado y en las últimas tres semanas comenzó a caer, motivada por la falta de novedades alcistas de peso, y por los riesgos financieros comentados. Si bien los problemas climáticos en EEUU dan algunas señales de que podrían volver las subas, actualmente el riesgo financiero se impone. Además a medida que los precios caen disparan órdenes de venta para limitar ganancias o pérdidas, impulsando nuevas ventas y bajas adicionales, con un efecto vicioso para los precios.
En el caso del trigo la situación es opuesta. Si bien la posición de los fondos no es tan grande como en soja, en trigo han estado vendidos durante mucho tiempo, y los problemas climáticos en los distintos países tomaron a los fondos del lado equivocado del mercado. Están vendidos y ahora tienen que salir a neutralizarse comprando, generando subas de precio.
En maíz en tanto la posición ya se había reducido y nunca fue tan desproporcionada como en soja, por lo que el factor especulativo no es tan fuerte en este mercado.
En Argentina los productores retienen soja como forma de mantener sus ahorros en dólares.
Localmente la gran precoupcación de las fábricas es hacerde de soja para moler la mayor cantidad de tiempo posible, a sabiendas de que una producción cercana a las 40 mill.tt. no es suficiente para trabajar a un porcentaje de uso de capacidad instalada importante.
Las ventas iniciales fueron importantes, pero dado que también se vendió mucho maíz y trigo, los productores han logrado sanear financieramente sus posiciones. En tanto tampoco es temporada de grandes gastos para la siembra, y por ello no hay necesidad de venta.
Viendo la firmeza de la soja muchos productores se ven tentados a retener y no vender, contrariamente a lo que esperan las industrias, que entonces deberán tentar via precio a los productores.
Sin embargo una razón importante para no vender es la dificultad para conseguir dólares al tipo de cambio oficial, similar al que se usa paraliquidar los contratos de granos. Así mientras que un productor pesifica sus granos a 4,4 $/U$S si quiere hacerse de dólares billetes, no consigue que la AFIP autorice la compra, y por ello debe recurrir al mercado paralelo y comprar con valores que se acercan a los 6 $/U$S, con lo que hay una retención encubierta de 36% adicional a la ya existente, que hoy se están quedando quienes venden dólar billete.
La verdad es que la distorsión es enorme y debería en algún momento reducirse. Al menos no debería ampliarse más. Por ello es que el productor desea esperar a ver donde se estabiliza y si en algún momento la brecha cambiaria se achica.
El final de la campaña pasado por agua podría generar pérdidas adicionales en soja Argentina y esto genera más preocupación localmente para el abastecimiento de las fábricas que en el mundo, donde el tamaño de la producción sudamericana parece algo ya descontado.
Cuando nos aproximábamos al final de la temporada las fuertes lluvias en el noroeste de Buenos Aires generaron importantes anegamientos. Los daños más importantes se esperan en soja, donde el exceso de humedad genera apertura de vainas, y pérdida de porotos, que afectan negativamente el rendimiento. Como el área afectada sería cercana al millón de hectáreas, vemos que las pérdidas podrían ser grandes. Pero esto parece ya de sintonía fina para el mercado internacional, donde ya se cuenta con una cosecha muy chica sudamericana. Donde impacta más es localmente en la posibilidad para las fábricas de captar la mayor cantidad de soja posible para no tener que detener sus líneas de producción más adelante.
Pero además de la trilla de soja, también se está demorando la implantación de trigo. Este cultivo perdería este año entre 13% y 15% de área. Pero además podría haber un recorte mayor si la situación adversa climáticamente sigue.
Fuente: Lic. Dante Romano, Analista de mercados; Agrositio.