AL CAMPO LE LLEGÓ LA SINTONÍA FINA
Si bien se espera un panorama climático favorable para la nueva campaña, la situación financiera no encuentra a los productores en su mejor momento. Predomina la idea de acotar riesgos e ir a lo seguro.
La campaña 2011/12 se encuentra en sus tramos finales, dejando a su paso una importante caída en la cosecha total de Argentina. Según cifras oficiales, todavía provisorias, la producción de granos a nivel nacional sería finalmente de 90,4 millones de toneladas, casi un 13 por ciento inferior a la del ciclo previo. El dato se vuelve más significativo si se tiene en cuenta que se sembró una superficie récord de 35,6 millones de hectáreas y que en los pronósticos iniciales se esperaba una zafra superior a las 100 millones de toneladas.
La sequía intensa que afectó el desarrollo de la cosecha gruesa es la causa principal de la merma productiva, en un ciclo dominado por segundo año consecutivo por el fenómeno climático La Niña, que se caracteriza por lluvias por debajo de lo normal en estas tierras.
La situación trae a la memoria lo ocurrido en el ciclo 2008/09, cuando también se vivió una intensa sequía que afectó la producción (terminó siendo un 36 por ciento inferior a la de la campaña anterior). En aquella ocasión también se desarrolló por segundo año consecutivo La Niña.
Cuatro por uno. De lo anterior se desprende que, de las últimas cinco campañas, en cuatro predominó el fenómeno climático La Niña. Si bien de una conclusión ligera puede decirse que predominan los años de lluvias inferiores a lo normal, los especialistas en el tema destacan que se vienen dando ciclos de tres años, caracterizados por dos de “Niña” seguidos de uno de “Niño”.
De esta manera, y coincidiendo con los pronósticos climáticos para la próxima campaña, se avecinan tiempos de reposición hídrica y mejores expectativas en cuando al aporte de agua, que impactarían de lleno sobre los rindes.
A pesar de la perspectiva favorable desde el punto de vista del clima, la situación financiera no encuentra a los productores en su mejor momento.
A las pérdidas que arrojó el ciclo previo, se suman la suba en el costo de las labores, el aumento del precio de los insumos (agravado por el alza del dólar paralelo, que podría comenzar a usarse de referencia) y la dificultad para negociar alquileres.
Se agregan un dólar oficial que sube menos que la inflación y la posible suba de impuestos provinciales por las necesidades de caja de sus administraciones.
Todo en un marco donde cultivos tradicionales como el maíz y el trigo sufren las consecuencias de la regulación estatal, que provoca dificultades para su comercialización y descuentos en los precios que recibe el productor.
Acotar riesgos. Bajo este panorama, predomina la idea de acotar riesgos e ir a lo seguro. Por eso, no llama la atención que las primeras estimaciones del ciclo 2012/13 hablen de una producción récord de soja, en parte por mejores rindes y en parte por mayor superficie sembrada en detrimento del trigo y del maíz, que requieren una mayor inversión y presentan valores que no alcanzan para asegurar rentabilidad.
Será clave aprovechar la financiación de los bancos con las tasas vigentes (analizando si conviene endeudarse en pesos o en dólares), ser hábil a la hora de negociar alquileres y realizar una buena administración del riesgo precio.
Porque algo queda claro: la “sintonía fina” también le llegó al campo.
Fuente: La Nación, Juan Morelli Analista de Fyo.com.