Los costos impactan negativamente en el productor sojero
Se sembrarían 19.700 millones de hectáreas, récord para el cultivo. Va a suplir un año de gran falencia como el del año pasado.
“Va a haber una superficie muy grande sembrada con soja entre Brasil y Argentina. Esto afecta negativamente la expectativa del productor debido al aumento de costos internos (de producción) que se está registrando y a la visión de que el precio futuro puede caer en poco más. Ahora, cuando además de eso se está pasando de un dólar de 4,60 a otro de 6,20, obviamente entonces los valores se vuelven más negativos”, afirmó Miguel Calvo, presidente de ACSOJA.
Consultado sobre el área a ocupar por la oleaginosa, destacó que “se habla de una proyección del orden de 19.700 millones de hectáreas, que sería récord para el cultivo. La misma proyección está pasando en Uruguay, Paraguay, Bolivia o Brasil. Creo que América del Sur va a tener una producción significativa de soja. O sea, de alguna manera va a venir a suplir un año de gran falencia como el del año pasado, sumado a una cosecha bastante negativa en Estados Unidos. Esto de alguna manera está generando un colchón o expectativa de que los precios, si bien podrían descender, mantengan un ritmo atractivo”, explicó en diálogo con Radio Colonia.
Calvo también destacó las mejoras que se vienen registrando en la productividad y agregó que, “en paralelo, desde el punto de vista de industrialización, cuando uno lo compara con los países que tienen una producción aún mayor que la Argentina como Estados Unidos y Brasil, es la que menor porcentaje de poroto como tal exporta, haciéndolo más como harina y aceites. O sea, desde el concepto del valor agregado adicional es también un fenómeno importantísimo. Esto beneficia al ciudadano común porque es una inyección genuina de producción de riqueza. Es decir, en las distintas etapas que tiene y en todo el conglomerado que mueve (transporte, talleres mecánicos, almacenes para dar provisiones en los distintos puntos de producción, etc.). Es tanto el beneficio que le aporta a la economía argentina que una producción agroindustrial como esta repercute sensiblemente en el PBI y en el bienestar de toda la población”, dijo.
Respecto al impacto en la actividad por los diferentes valores del dólar, el dirigente explicó que “parte de los repuestos de maquinaria son “blue” y en general los insumos están todos con un dólar con algún mix que algún proveedor pone por un grado de imponderables. Creo que para la producción, esta multiplicidad de cambios no es atractiva o beneficiosa.
Cuando de golpe los titulares de los diarios decían que la soja alcanzó los US$650, la reflexión es que esos US$650 eran en Chicago, y eso significaba que “Johnny Smith” si quería vendía una tonelada de soja y cobraba US$650 en billetes. Mientras que acá “Juan Pérez”, si vendía esa soja y quería comprar un dólar billete por lo que fuese, esos US$650 de Estados Unidos acá le representaban un poquito menos de US$300 (por las retenciones y la liquidación al tipo de cambio oficial). A veces la opinión pública o un título pueden desvirtuar el concepto real de lo que pasa”, señaló.
En cuanto a la rentabilidad actual, esperada, para el cultivo en esta campaña, Calvo consideró que “respecto al punto de diferencia entre el costo y el beneficio, dependerá de dónde esté ubicado el productor porque hoy la incidencia del flete es cada vez más importante. O sea, si ese productor está en Salta o Tucumán, ubicándose a más de 100 km. del puerto, la diferencia es sustancial. Pero la respuesta concreta es que el resultado económico final de esta campaña va a depender de cuál sea el horizonte de precios en que definitivamente se ubique la soja porque, aun pensando en que el productor toma precauciones en cuanto al uso de mercado de futuros o al uso de opciones, normalmente no lo puede hacer sobre el total de su producción por dos motivos: por un lado por la incertidumbre de cuál va a ser realmente su producción final, y segundo por los costos porque, independientemente de todo, tanto las opciones como los futuros conllevan a los depósitos de garantía o pago de primas que de alguna manera, cuando el productor tiene que empezar a desembolsarlos representa una carga importante y un costo financiero en un momento que no hay una liquidez sobrante tan excesiva. Entonces, la realidad es que la definición de cuál será el número final entre la suba de los costos y el promedio de las ventas no creemos que vaya a ser el mejor comparado históricamente con el de otras épocas, incluso, aún si los precios no se deprimieran tanto”, finalizó.
Fuente: ON 24.