Rigen mejoras en la Pizarra de la soja y ahora el desafío es aprovecharlas

Opina Robertti, presidente de la Cámara Arbitral.

Ayer fue un día trascendente para la Cámara Arbitral de Cereales de la Bolsa de Comercio de Rosario porque puso en marcha el histórico cambio en la formación de los precios de Pizarra de la soja que significó incluir para su cálculo el 40% de las operaciones cortas con entrega de mercadería que se negocian en los mercados de futuro (Matba y Rofex).

En efecto, para las cotizaciones del viernes la Cámara fijó ayer precio para soja de $1.730; girasol, $1.721; y sorgo $865. En esta oportunidad, además de las declaraciones de operaciones del Mercado Físico de Granos de la Bolsa como se hacía hasta ahora, se sumaron ayer por primera vez los valores del “extendido”, como se lo conoce en la jerga, del Rofex porque en el Matba no se registraron operaciones en esa modalidad.

“El debut fue bueno y el sistema informático funcionó a la perfección. Se acoplaron muy bien los sistemas del Rofex y MAtba con los del mercado disponible de la Bolsa, y automáticamente de la ponderación que arrojó el sistema sumado a el criterio de los semaneros surgió la pizarra del día de la fecha”, contó el presidente de la Cámara Arbitral, Cristian Robertti.

“Son cambios pensados para darle más transparencia a la formación de precios y representatividad a sus valores de lo que ocurre en plaza porque desde el momento en que los mercados de futuro empezaron a competir por la mercadería como si fuera de contado se hizo evidente la necesidad de incorporar sus valores al cálculo de Pizarra”, explicó.

Ante la consulta de punto biz, el presidente de la Cámara calculó que la incorporación de estos precios le sumará volumen a la Pizarra para que, junto con la mayor cosecha de soja proyectada para esta campaña, haya más días en los que se fijen precio luego de un 2012 con muchas jornadas sin valores Cámara.

También estimó que el mayor volumen que significa incluir los términos arrojará una Pizarra que acerque los valores disponibles con los de futuro, luego de que el año pasado las operaciones a término fueron mucho más altas que los que se ofrecían en el recinto de la Bolsa local.

Con todo, el cambio de ayer corona el esfuerzo de años de muchos dirigentes cerealistas, sobre todo del corretaje y el acopio (entre los que se pude citar a Gino Moretto y Aníbal Ivancich) quienes hace ya más de siete años empezaron a fogonearon el debate sobre la necesidad de sumar los mercados a término al cálculo al ver que los precios mayores que se pagaban en el Matba en posiciones cortas con entrega (casi un mercado de contado) no tributaban para la Pizarra que así salía baja.

Lo cierto es que para la Cámara, el aggionarmiento de la Pizarra -pensado para mantener la vigencia de un precio que es tan usado por toda la cadena agropecuaria (fija valores de insumos, canjes, arrendamientos, maquinaria agrícola y operaciones de venta de granos) como criticado (por ejemplo desde CRA sostuvieron hace dos años una fuerte campaña denunciando se lo mantenía arbitrariamente bajo a pedir de los compradores)- es un proceso de mejora continua que no se detiene y que sigue de gestión en gestión, como una verdadera “política de Estado”.

En efecto, los cambios que Robertti puso en marcha ayer fueron aprobados en la gestión anterior de Fernando Rivero (presidente) y Santiago Ramos (secretario), que además dieron otro paso fundamental como empezar a recepcionar precios de sectores que operaban en plaza pero que no eran tenidos en cuenta (como productores que venden directo y los precios que acerquen nuevos compradores, conocidos como “no tradicionales” en la jerga, que no operan en Bolsa). Antes, bajo la presidencia de Omar Gaglianese, se había informatizado el mecanismo de recolección de datos, otro paso importante para la confidencialidad y eficiencia.

La incorporación de los futuros no estuvo exenta de polémica ya que los corredores originalmente querían incluir el 100% de las operaciones cuando exportadores alertaban que eso era incorrecta porque, por más que sean contratos con “delivery” se tratan de posiciones de cobertura o negocios especulativos en los que no la soja no se entrega y por eso el comercio de la mercadería no supera el 10% de los contratos que se pactan de esa forma.

Es por eso que ayer Robertti dijo que “la Comisión de Pizarra está siguiendo de cerca la implementación de estos nuevos cambios y está abierta la posibilidad para realizar cualquier modificación en pos de mejorar el sistema”. Es más, agregó que “la puerta está abierta para la revisión del funcionamiento implementado en el día de la fecha. Esto no es algo cerrado, es abierto y se analizarán todas las sugerencias o temas que puedan surgir, para decidir luego entre todos los sectores que se encuentran representados en la Cámara”.

Y ahora que las mejoras están en la cancha es responsabilidad de toda la cadena de poner su parte. Así lo dio a entender ayer Robertti al decir que “es necesario que todos los actores involucrados aportemos nuestra cuota de conocimiento para alcanzar el objetivo buscado”.

En otras palabras: un nuevo llamado de la Cámara a que los actores del mercado (compradores, vendedores e intermediarios) declaren las operaciones que se realizan porque al no ser obligatorio si no lo hacen el precio Pizarra no puede tener la representatividad y transparencia que, al mismo tiempo, le exigen.

Y si bien muchas veces desde el sector comprador se pide al corredor la reserva como condición a ofrecer un mejor negocio, otras veces hay corredores que prefieren no declarar para sacarle ventaja a sus competidores. Además, hay productores que venden directo y no lo declaran sólo por desinterés en el sistema, pese a que por otro lado piden una Pizarra robusta. También hay sectores cuyos representantes no aportan todo lo que podrían en la comisión que diariamente fija la Pizarra, una queja que se debatió internamente en las últimas semanas dentro de la Sociedad Rural de Rosario.

Pero no sólo se trata de declarar las operaciones sino que también emerge el llamado a no contribuir “a la danza” de precios de la soja que se dan a conocer informalmente por la tarde, ya cerrado el mercado institucional, con valores siempre superiores a los pactados en los recintos y que no siempre se sabe si realmente se pagaron o si sólo se ofrecieron o se pagaron como parte de otro tipo de negocios (por ejemplo mediados por canje), y que por ende no corresponde sumar al ponderado de la Pizarra. Cifras que incluso el informe diario de la Bolsa de Comercio da cuenta y, a veces, sólo embarran la cancha y le terminan minando credibilida a la Pizarra al salir más baja que esos precios.

Ayer mismo, por caso, en el recinto se pagó por las soja disponible $1.690 y por la tarde trascendió el dato que, por lo bajo, se cotizó a $1.780 en Rosario.

¿Realmente se hizo esa operación? ¿O fue algún actor de mercado quien tira ese precio al ruedo para beneficio propio o como represalia de un negocio que no concreto? ¿Fue una operación que entra en las condiciones para Pizarra o no porque viene atado a otros negocios como canje o autocompras? Es tarea de la Cámara dilucidarlo, pero para hacerlo necesita el compromiso de todos los sectores, si es que realmente se quiere mantener la vigencia del sistema, sobre todo en momentos de creciente injerencia estatal en el mercado.

Fuente: Mariano Galíndez, Punto Biz.