TRAZABILIDAD, MÁS METODOLOGÍA QUE TECNOLOGÍA.
La informatización está asociada a la trazabilidad, pero no la garantiza. Adquirir nuevas tecnologías a “mansalva” no implica mejorar la trazabilidad necesariamente, aseguró la directora de Trazabilidad de Alimentos Argentinos. Marcela Gimeno.
La palabra trazabilidad no siempre se utiliza para definir un seguimiento preciso, útil y documentado sobre los procesos productivos en una empresa. Muchas empresas no llaman “trazabilidad” a controles ya existentes por no tener informatizada toda la planta o por no contar con modernos dispositivos de identificación o tag en sus lotes de productos.
Un sistema trazabilidad se ha definido como un “conjunto de procedimientos preestablecidos y autosuficientes que permiten conocer el histórico, la ubicación y la trayectoria de un producto, o lote de productos a lo largo de la cadena de suministros, en un momento dado y a través de unas herramientas determinadas" ( wikipedia). En esta definición hay tres aspectos que se incluyen para poder resolverlo: Por un lado los tipos de identificación, por otro, la captura de datos y por último, la gestión de la información que transmiten los identificadores, a través de los lectores y que se logra por sistemas informáticos (software) que permiten almacenar, intercambiar, imprimir, entre otras funciones necesarias.
La pregunta que deriva de estas definiciones cae de madura para el empresario pujante que busca incrementar volúmenes, minimizando el margen de error por producción. Sino tengo informatizada toda mi producción, ¿puedo decir que tengo trazabilidad o no?
La respuesta es: en realidad, no. Ocurre que muchas empresas tiene informatizada parte de su producción, junto a los sistemas administrativos contables, con la que todas hoy cuentan, pero hay cuellos de botellas en procesos que se hacen manualmente y que “traban” o hacen más lento un seguimiento completo. Esto aumenta los errores de operarios en cuanto al registro de información. En otros casos, hay empresas que trabajan con gran carga manual de información, en planillas o en sistemas no automatizados que son muy prolijas en sus procedimientos. Otras, que han adquirido a mansalva equipos como impresoras y dispositivos (tag con radio frecuencia o códigos de mancha) y al no tener ordenada la información previamente, arrastran errores importantes con nuevas tecnologías. Se deduce de estas cuestiones que si bien la tecnología es clave, no se resuelve solo con adquirirla o capacitarse en su uso.
Fuente: Cadena 3.