Más dólares de la cosecha para importar combustibles
El saldo negativo de la balanza de combustibles crecerá a U$S 9.178 millones en 2013 frente a los US 28.833 millones que aportará la cosecha, según un informe del Iaraf.
Los problemas de energía en Argentina se reflejan claramente en las necesidades de divisas para cubrir los déficits productivos del país. En este marco, la demanda de dólares para este fin se fue haciendo cada vez más relevante y, para este año, se estima que equivaldrá a un tercio de la liquidación de divisas del sector agropecuario.
La proyección corresponde al Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf), que compara tanto el saldo comercial energético como las importaciones de este segmento frente a las divisas que genera la cosecha de granos.
Para 2013, el trabajo firmado por Nadin Argañaraz estima que las necesidades de importar energía rondarían los 13.282 millones de dólares (frente a 9.266 millones de 2012 y los 550 millones de 2003). Esto equivale al 46 por ciento de los 28.833 millones de dólares que liquidaría el campo este año por las exportaciones agrícolas.
Esta cantidad tomó relevancia a partir de 2011, ya que en 2003 ese porcentaje era sólo el seis por ciento; se fue incrementando hasta situarse alrededor del 20 por ciento entre 2008 y 2010, y luego saltó a cerca del 40 por ciento.
Precisamente, 2011 fue el año de quiebre del resultado comercial energético: de un saldo positivo (que tuvo su máximo en 2006 con más de seis mil millones de dólares) se pasó a un déficit creciente entre exportaciones e importaciones.
Para 2013, el Iaraf estima un rojo de 9.178 millones de dólares –un monto que triplica el déficit de 2012– y que equivale al 32 por ciento de la liquidación de divisas de la cosecha estimada para este año. Así, uno de cada tres dólares que recibe el país producto de las exportaciones agrícolas se deberá utilizar para financiar el déficit energético.
Este valor es muy significativo si se tiene en cuenta el acelerado crecimiento de esta proporción en los últimos años. En 2011, sólo el 11 por ciento del monto de divisas liquidado por el agro se utilizó para financiar el saldo negativo de la balanza comercial de energía. En 2012, ese porcentaje había sido similar (12 por ciento) y este año casi se triplicaría.
El contraste es grande si se considera que hasta 2010 el sector energético era un generador neto de divisas para el país junto con el sector agropecuario. Entre 2003 y 2006, este aporte equivalía al 50 por ciento del ingreso de dólares producto de la cosecha agrícola. El mayor aporte de dólares desde la energía se realizó en 2006: 6.081 millones frente a los 12.276 millones de la exportación de cereales y oleaginosas en ese año.
Así, el déficit energético se transformó en un problema de restricción externa porque acentúa la necesidad de divisas (situación emparentada con las limitaciones para acceder al mercado cambiario oficial).
Según el informe del Iaraf, esta situación será difícil de revertir en lo inmediato. “La estrecha relación con el nivel de actividad económica interna lleva a sostener que este problema económico no es solucionable en el corto plazo restringiendo importaciones”, asegura.
Y concluye: “Es necesario que aumenten las inversiones en exploración y también lo haga la producción. Esto seguramente llevará algunos años, en la medida que las señales de precios relativos así lo permitan. Mientras, hará falta disponer de un flujo de dólares no menor para sostener la importación y la actividad”.
Fuente: La Voz del Interior, FyO.