Por escasez se paraliza la exportación de trigo
La merma en las exportaciones argentinas de trigo se produce en un momento de escasez del cereal a nivel mundial. Las reservas globales del cereal se encuentran en niveles bajos, luego de las magras cosechas del año pasado de Rusia, Australia y Estados Unidos.
La Argentina enfrenta una escasez de trigo que ha detenido sus exportaciones e impulsado al Gobierno a adoptar medidas para controlar el precio del pan de cara a unas elecciones legislativas en octubre.
La merma en las exportaciones argentinas de trigo se produce en un momento de escasez del cereal a nivel mundial. Las reservas globales del cereal se encuentran en niveles bajos, luego de las magras cosechas del año pasado de Rusia, Australia y Estados Unidos.
En la Argentina, donde el Gobierno limita las exportaciones de trigo para satisfacer la demanda interna, las autoridades aprobaron en exceso la cantidad de cereal habilitado para su venta al exterior debido a estimaciones de producción demasiado optimistas a inicios de la campaña 2012/13. Pero ahora es poco el grano disponible para la molienda.
La escasez de trigo en el país se produce en un momento delicado para el mercado internacional.
Daños en la cosecha de China, el principal productor global de trigo, podrían obligar al país a realizar sus mayores importaciones del cereal en dos décadas. Mientras tanto, en Egipto, el comprador mundial más importante del grano, las reservas importadas se están agotando.
Por otro lado, la sobrestimación que hizo la Argentina de sus reservas exportables de trigo ha provocado fuertes alzas en el precio doméstico del pan, alimentando una de las tasas de inflación más elevadas del mundo a meses de las elecciones legislativas que serán realizadas en octubre.
A su vez, la cosecha del trigo del ciclo 2013/14 sufrirá demoras debido a que condiciones climáticas secas provocaron recortes en las siembras tempranas del cereal en la primera mitad del año.
En la actual temporada, sólo 220.000 hectáreas fueron implantadas en las provincias norteñas de Salta, Jujuy, Chaco y Formosa, menos de la mitad de las 530.000 hectáreas que fueron sembradas en los mismos distritos en 2012, dijo Leandro Pierbattisti, analista de la Federación de Acopiadores de Cereales.
En estas provincias, alejadas de la zona triguera núcleo -sur de la provincia de Buenos Aires-, es donde habitualmente se recolectan los primeros lotes de trigo, a inicios de noviembre.
"Éste es un problema grande porque recién es julio y las reservas ya son bajas", señaló Pierbattisti, que agregó que, en 2013, la recolección temprana del cereal no comenzará en noviembre, como suele hacerlo.
La Argentina es el octavo exportador mundial de trigo y la trilla de la mayor parte del cereal se inicia diciembre. Brasil, habitualmente el principal destino de las exportaciones argentinas, estuvo obligado a comprar más cereal de países del Hemisferio Norte este año.
Los cinco proveedores globales más importantes de trigo son Estados Unidos, la Unión Europea, Australia, Canadá y Rusia, en orden decreciente.
Otro factor que ha reducido las reservas de trigo de la Argentina es la siembra de soja y otros cultivos, en detrimento del cereal, para sortear los límites a la exportación del grano, que productores arguyen que afectan su rentabilidad e imposibilitan la planificación de su siembra.
La resultante escasez ha impulsado el valor del trigo en el mercado interno a u$s 406 por tonelada, desde los u$s 219 de enero y los u$s 175 registrados en julio de 2012.
En comparación, la variedad de trigo blando rojo de invierno de Estados Unidos para embarcar en agosto y septiembre en el Golfo de México estadounidense está siendo ofrecido a u$s 275 por tonelada.
La escalada en los precios en la Argentina comenzó a inicios de 2013, cuando condiciones climáticas adversas afectaron lo que ya se preveía que iba a ser una cosecha pobre de trigo debido a un área sembrada históricamente baja.
Ante la situación, la Argentina reaccionó con nuevas regulaciones, que incluyeron una norma para obligar a las empresas del sector triguero a vender su cereal y su harina derivada en el mercado doméstico.
El Gobierno también negoció con la cámara de panaderos para fijar el precio del pan a $ 10 el kilo, desde los $ 18 a los que se estaba comercializando.
El impacto de la inflación en los precios minoristas es un tema central para la presidente Cristina de Kirchner, frente a las elecciones legislativas. El éxito de los candidatos oficialistas en los comicios determinará si la Presidente mantiene su mayoría partidaria en el Congreso.
La Argentina posee una de las tasas de inflación más elevadas del mundo, que analistas privados estiman en un 25% anual.
En junio, los precios minoristas en el país aumentaron un 0,8%, en parte debido a un alza del 2,1% en el valor de alimentos elaborados a base de subproductos del trigo, como el pan y las pastas, según el Gobierno. Sin embargo, los datos oficiales de inflación son muy cuestionados y analistas privados calcularon la subida en los precios minoristas en junio en un promedio de un 1,9%.
Fuente: Ámbito Financiero, FyO.