CHILE VOLVERÁ A PONER TRABAS A LA IMPORTACIÓN DE LECHE Y QUESO ARGENTINO.
El Gobierno que asumirá el 11 del marzo, del derechista Sebastián Piñera, reimpondrá salvaguardias arancelarias a la leche, al queso y a la harina de trigo.
El futuro gobierno del presidente electo de Chile, el derechista Sebastián Piñera, evalúa seriamente la posibilidad de retomar las salvaguardias arancelarias de los últimos años para las importaciones de leche (condensada y en polvo), queso gouda y harina de trigo procedentes de la Argentina. Las trabas, que habían sido dejadas sin efecto a comienzos de este año por la Comisión de Distorsiones chilena, serían las primeras decisiones que deberá enfrentar el recién designado ministro de Agricultura, José Antonio Galilea, que estaría por establecer una política exterior comercial mucho más decidida que sus antecesores en el cargo.
Pese a que el presidente electo les solicitó no referirse a políticas específicas antes de la instalación del nuevo Gobierno (el próximo 11 de marzo), el diario chileno El Mercurio atribuyó ayer al futuro ministro Galilea la voluntad de continuar con la posición que ejerció durante su larga labor como diputado por el sur de Chile, asesorando a los gremios sureños y exigiendo a la Comisión de Distorsiones "actuar en forma rápida y enérgica" en el combate a la "competencia desleal" proveniente de la Argentina y Uruguay. También estaría dispuesto a "hacer lobby dentro de la nueva administración para llevar adelante esas medidas", según publicó Infortambo.com.
"Lo que los agricultores necesitan es un horizonte de estabilidad en las reglas del juego. Año tras año, ellos pelean por lo mismo: competencia desleal desde la Argentina y poca transparencia en la comercialización interna. Como gobierno, tenemos que apuntar a darles un marco que permita despejar esa incertidumbre", dijo Galilea.
El Gobierno de Bachelet dictaminó, en octubre de 2009, una salvaguardia provisional del 15% a la importación de leche (condensada y en polvo) y queso gouda provenientes de la Argentina y de Uruguay. La medida había sido solicitada insistentemente por los productores chilenos con el fin de aumentar el precio de los productos importados, porque consideran que reciben subsidios en sus países. Para ello, habían exigido que se aplicara la tasa máxima (31,5%), lo que fue desestimado por la Comisión de Distorsiones.
La harina de trigo argentina, en tanto, ha visto trabas desde diciembre de 2006, luego de una acusación de los productores chilenos de posible dumping por parte de los molinos argentinos. De esta manera, se instauró un impuesto provisional del 16,2%, elevado posteriormente al 31,1%. Las salvaguardias no fueron renovadas en enero de este año, a la espera de que asumiera el nuevo gobierno.
No son las únicas exportaciones argentinas que podrían verse afectadas. Ya el año pasado, los productores avícolas habían amenazado con recurrir a la Comisión de Distorsiones, acusando al gobierno argentino de otorgar subsidios al grano de maíz, principal insumo del pollo.
El agro chileno percibe una mezcla de confianza con expectación. "Continuaremos monitoreando el mercado para estar atentos a la evolución que vaya teniendo y estar alertas en caso de observar nuevos signos de distorsiones a nivel de las importaciones", declaró el presidente de la Federación Nacional de Productores de Leche (Fedeleche), Dieter Konow.
Fuente: Cadena 3.