Brechas de rendimiento: 31% en soja y 41% en maíz
Los productores y proveedores de tecnología comparten ciertos valores con la Fórmula 1 de los autos: manejo en un contexto de riesgo, adversidad, planificación minuciosa, empleo de alta tecnología.
Los productores y proveedores de tecnología comparten ciertos valores con la Fórmula 1 de los autos: manejo en un contexto de riesgo, adversidad, planificación minuciosa, empleo de alta tecnología.
"Detrás de un piloto -los productores- hay una escudería. Y nosotros queremos ser la escudería para ofrecerles soluciones", graficó Luis Massuh, director de marketing para Latinoamérica Sur de Monsanto, durante el lanzamiento de "Fórmula M". Con este nombre, la compañía puso en la línea de largada al ciclo agrícola 2014/2015, con la presencia de 700 productores y miembros de la red Magnum de centros de servicios y colaboradores en el país.
Como parte del entorno agrícola mundial, Will Mc Andrew, líder de finanzas para las Américas, mencionó que el aumento en el consumo de carnes está impulsando a todas las commodities agrícolas, y que la demanda de mayor producción deberá ser satisfecha con menor superficie de tierras disponibles y alteraciones climáticas.
Enfoque sistémico
"Debemos aprovechar las fortalezas de las Américas para llevar el negocio a una posición líder. Hace cinco años decíamos que íbamos a concentrarnos en la biotecnología. Pero ahora ya es un enfoque de sistemas con base en las semillas. Vamos a un modelo diferente en la semilla, en la bolsa, en el campo. El concepto es de cosechas de precisión, metro por metro. Se trata de administrar los micro entornos", definió.
Para estar a tono con estas tendencias, Monsanto buscó el aporte de compañías especializadas en siembras de precisión, tipificación de suelos y de datos climáticos, como Precision Planting, Solum y The Climate Corporation.
Inversiones en el país
En los últimos años, la multinacional estadounidense volcó inversiones en la Argentina por 200 millones de dólares con el propósito de "generar productos adaptados" a la región, destacó Luiz Beling, el brasileño que lleva nueve meses al frente de Monsanto Latinoamérica Sur.
Recordó que en los próximos 36 años, la población mundial se incrementará en un 40 por ciento. "No falta mucho; los consumidores buscan alimentos con más proteínas y tendremos que duplicar la productividad. En Latinoamérica y la Argentina tenemos un rol muy importante", dijo.
Década de la soja
Según Beliz, de la mano de Intacta RR2PRO "la próxima década es la década de la soja, una tecnología que abre puertas a nuevas inversiones". Las variedades con resistencia a insectos que ya se están cosechando con rendimientos mejorados en el norte del país e ingresarán en la próxima campaña en la zona templada, tendrán en los próximos años nuevos sucesores: tolerancia a diferentes herbicidas; control de nemátodos; y en maíz, refugio en la bolsa, control de roya y mal de Río Cuarto, eventos biológicos.
El líder de Monsanto para la región también se dio un lugar para la autocrítica: "El productor está buscando alianzas para simplificar el negocio en un mundo de complejidades. Nosotros somos una compañía complicada, pero estamos haciendo un cambio interno, organizacional, hacia nuestros centros de servicios. El productor está buscando una compañía en la cual confiar", planteó.
Metas y medios
En la carrera por el rendimiento y la articulación de los diferentes recursos, Santiago Mazzini, director de desarrollo de tecnologías para Latinoamérica Sur, mostró los números: con las tecnologías hoy disponibles, la brecha entre los rendimientos actuales y los alcanzables es de 31 por ciento promedio en soja y del 41 por ciento en maíz.
"Cuando empezamos a ver esto es un número fuerte", dijo. Y por eso, Monsanto desde hace tres años lleva adelante trabajos integrados con productores, en cinco áreas piloto, para conocer y manejar mejor los ambientes para sacar el máximo provecho a todos los recursos.
Soluciones por lote y por ambiente
Áreas piloto. Muchos productores ya conocen que no todos los híbridos o variedades responden de la misma manera al ambiente. Con esta premisa y la meta de alcanzar los rendimientos máximos en cada sitio, Monsanto lleva adelante un trabajo integrado con productores en cinco áreas piloto (ocupan hoy unas mil hectáreas en soja y otras tanta en maíz). Se evalúan híbridos, densidades, dosis de nitrógeno, muestreo de suelos cada cuarto de hectárea. "Conocer las tecnologías y entender el ambiente es fundamental para entregar más valor al productor", afirmó Santiago Mazzini.
Fuente: Carlos Petroli - La Voz del Interior