Sin subsidios en EE.UU. se reduce la presión
Los cambios parciales en la ley agrícola de EE.UU. generarán una competencia más equitativa a los países productores de commodities al sacarle presión a los precios, lo que favorece su comercialización, aunque provoca perjuicios en otros sectores
Los cambios parciales en la ley agrícola de EE.UU. generarán una competencia más equitativa a los países productores de commodities
Los cambios parciales en la ley agrícola de EE.UU. generarán una competencia más equitativa a los países productores de commodities al sacarle presión a los precios, lo que favorece su comercialización, aunque provoca perjuicios en otros sectores. La decisión de dejar sin efecto los programas de pagos directos, de opción de ingresos promedio agrícolas (ACRE, por sus siglas en inglés) y el contracíclico, sobre todo este último, tendrá impacto en el mercado principalmente de soja, maní, trigo, maíz, sorgo, cebada, avena, arroz, algodón y otras oleaginosas.
Básicamente, el Estado norteamericano aseguraba pisos mínimos a los productores, lo que tenía efectos positivos directos en la producción agrícola de EE.UU. y efectos negativos indirectos en la producción de los cultivos en el resto del mundo, pues debían afrontar precios internacionales más bajos y sin subsidios similares.
Ahora los cambios tienen que ver con una red de seguridad agrícola y cobertura de riesgos para los farmers estadounidenses, que les asegura márgenes de ganancia y mayores volúmenes de producción, que les sigue permitiendo competir en condiciones ventajosas en las plazas internacionales.
Para el representante en Argentina del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), Gino Buzzetti, “la nueva legislación es mejor que la anterior dado que se subsidiaba precio y eso perjudicaba al mercado; y si bien los cambios también son dañinos, ésta lo hace en menor medida”.
De acuerdo con una nota técnica elaborada por el mismo IICA, las modificaciones podrían reducir la presión a la baja de los precios de los commodities, favoreciendo a países como Argentina, Canadá, Chile, Paraguay, Uruguay y Brasil, al ser los principales exportadores de uno o varios de los cultivos básicos que compiten con EE.UU. en los mercados mundiales.
Desde el Departamento Económico de INTA Pergamino, su director Reinaldo Muñoz manifestó “que en el fondo no hay grandes cambios de la ley anterior debido a que cuenta con otros programas de ayuda a sus productores”.
Controversia
Un tema no menor es que las coberturas de riesgos, por variación de precios y de ingresos, creadas por EE.UU. pueden generar cuestionamientos por las potenciales distorsiones que ocasionarían en las decisiones de producción y en el mercado, y por tanto, no dejarán de ser objeto de controversia en la Organización Mundial de Comercio (OMC).
El argumento en favor de la nueva norma, es que no están atados a las decisiones de siembra de cada año sino que los pagos se hacen sobre un porcentaje de área fija, definida al momento de la implementación de la ley, luego de que los productores hayan seleccionado los programas de cobertura.
Lo que tiene en contra es que los subsidios, que en la práctica eliminan los riesgos y le aseguran los ingresos al productor, de todas formas estimulan la producción y reducen los precios.
Vale recordar que EE.UU. es el primer productor mundial de granos y, por ende, un formador de precios. Y si bien la quita de los subsidios –que representaba en teoría el 15% del presupuesto– deja de ser un alivio en los precios, sólo lo es en parte, ya que los demás instrumentos con que cuenta el farmer norteramericano hacen que se genere una presión a la baja los valores.
Por consiguiente, los demás países se ven obligados a competir con precios más bajos. La situación podría agravarse cuando realmente la cotización de los commodities caiga. Y en ese caso el productor estadounidense tiene herramientas para no tener valores de quebranto que hagan que pierda su negocio.
Hoy la tendencia en los EE.UU. es de una mayor producción en soja. En ese sentido, los precios de la oleaginosa a mayo de 2015 se ubicarían en torno de los u$s460, lo que generaría una situación irreversible en el campo argentino. Frente a esto, los cambios en la ley norteamericana serán nuevamente objeto de debate. Y su impacto aún está por estimarse.
Fuente: Merino Soto | Diario BAE