Argentina puede, pero no la dejan
El IPCVA buscó mostrar los grandes avances que es posible lograr con técnicas de manejo adecuadas, muchas de las cuales no tienen costo económico.
El IPCVA buscó mostrar los grandes avances que es posible lograr con técnicas de manejo adecuadas, muchas de las cuales no tienen costo económico.
"Las muy buenas perspectivas mundiales que tiene el mercado de carne vacuna, básicamente, por las restricciones productivas que se registran en muchos países (entre otras, la inmensa cantidad de agua dulce que demanda cada tonelada de carne vacuna producida) y que no permiten compensar el crecimiento de la demanda, agrandando permanentemente la brecha entre ambas, es la razón que mantiene sostenidos los precios internacionales", punto en el que coincidieron tanto el extitular del IPCVA Dardo Chiesa, que expuso sobre las perspectivas de la actividad, como el actual presidente, Gonzalo Álvarez Maldonado.
Para justificar el sostenimiento del precio de la carne en el mundo se destacó que sólo en Rusia se perdieron 36 millones de cabezas de ganado por las restricciones energéticas que impiden calefaccionar los pesebres. También que mientras el crecimiento de las exportaciones mundiales de carne es del 3,4%, las importaciones aumentan a un ritmo superior, del 4,3%, tendencia que se mantendrá este año.
A pesar de esto, la participación argentina sigue retraída (menos del 6% del mercado mundial) debido a condiciones internas, como tipo de cambio, mantenimiento de retenciones, crecientes costos de producción en dólares o la aplicación de trabas a las exportaciones (ROES, etc.), entre otras.
Sin embargo, la multitudinaria presencia de más de 650 productores en el Establecimiento San Pedro, de Osvaldo Canesín y Miguel Ángel Welsh, ubicado en el centro-sur de Formosa, dejó en evidencia el fuerte interés que se sigue manteniendo sobre la producción de hacienda vacuna, y las expectativas sobre un cambio en la situación interna que permita mejorar la performance de las ventas al exterior. La reunión, realizada en el marco de las actividades del Instituto de Promoción de Carne Vacuna (IPCVA), buscó mostrar los grandes avances que es posible lograr con técnicas de manejo adecuadas (muchas de las cuales no tienen costo económico), tanto desde el punto de vista del manejo nutricional y reproductivo (espléndida charla de Daniel Sanpedro, del INTA Mercedes, Corrientes) como del agua (por Mario Basan Nickisch, del INTA Reconquista), la genética (Rodolfo Peralta, del Foro de Genética Bovina), para cerrar con la mencionada presentación del extitular del IPCVA y de CARBAP Dardo Chiesa, sobre las perspectivas del mercado de ganados y carne.
El establecimiento
El planteo que se mostró fue de un campo de 7.800 hectáreas, dedicado a la cría con producción de terneros Braford para la venta. Además del monte, bañados, esteros y lagunas, el campo posee más de 1.500 hectáreas de pasturas, básicamente de Pasto estrella y Gatton Panic.
Presenta temperaturas extremas de 45º y 5º en invierno, con precipitaciones promedio de 900 mm, aunque con un marcado déficit invernal que condiciona la oferta forrajera.
Según Sanpedro, hay distintas técnicas para mejorar sustancialmente los porcentajes de preñez, parición y marcación, por lo cual, la alimentación (a campo y con suplementación proteica en invierno), y la edad y peso de entore de las vaquillonas, son elementos clave.
De los resultados obtenidos, se desprende que es posible mejorar la ganancia de peso de vaquillas en el primer invierno posdestete, mediante la corrección de los factores limitantes: a) Disponibilidad de forraje, b) Deficiencia de proteína bruta.
"Una adecuada asignación forrajera, al inicio del pastoreo, es una herramienta importante para establecer la carga invernal del potrero", dijo Sanpedro, antes de destacar que "La suplementación proteica en el primer invierno posdestete, orientada a las vaquillas de reposición, permite adelantar la edad al entore a los 18 meses de edad, con el propósito de lograr elevados índices de preñez en el 2º servicio".
Como norma destacó que "para entorar es necesario que el vientre tenga, por lo menos, el 75% del peso al que llegará de adulto".
También indicó que "el peso de las vaquillas en septiembre, generalmente es el mismo que tenían en abril". A su vez, para Rodolfo Peralta "la nutrición, la sanidad, los aspectos reproductivos, el mejoramiento genético y el manejo en los rodeos, son factores determinantes de la mayor o menor producción de terneros. Partos sin dificultades son esenciales en aras de la mayor productividad. La fertilidad de los vientres y de los reproductores es factor tan determinante como la correcta alimentación, según las diferentes etapas productivas de los animales, al igual que la sanidad. Y los aspectos que hacen a la selección y a la genética en los rodeos no escapan a la mayor o menor productividad. También son determinantes", dijo. También agregó que "el objetivo esencial en todo rodeo de cría, independientemente de la zona, es que cada vaca destete, en primer lugar un ternero todos los años, luego, con el mayor peso posible y finalmente, de la mejor calidad posible".
Por su parte, Basan Nicksh, alertó sobre la "calidad" del agua de bebida, el adecuado contenido de sales que se requiere, y las distintas técnicas para poder manejar los "Baches", especialmente en invierno cuando se producen las mayores secas. Todo esto considerando una demanda promedio de 50 litros diarios por animal en pastoreo.
Pozos, tajamares, geomembranas y otros elementos impermeabilizantes (incluido el plástico de los silos-bolsa) fueron analizados por el especialista como alternativas para asegurar la correcta provisión del estratégico fluido.
Fuente: Susana Merlo | Ambito Financiero