PRESIÓN DE COSECHA Y PRECIOS CAMBIADOS PARA SUDAMÉRICA.
La razón de fondo que llevó a los precios de los commodities a una nivelación y posterior recuperación la da la actividad de los especuladores en el mercado de Chicago. Habían cerrado el año muy comprados y los elementos comentados al principio le dieron la oportunidad de vender cerrando posiciones y realizando ganancias.
Recientemente se neutralizaron e incluso se pasaron al lado vendido, y con los fundamentos de largo plazo aún alcistas por la creciente demanda de granos para alimentos, biocombustibles y cobertura contra la inflación, no parece muy aconsejable manejarse del lado vendido del mercado. Los fondos se tomaron de la incertidumbre climática en EE.UU. para intentar mejoras.
En efecto, la posición de los fondos especulativos tradicionales en Chicago es en soja de un 2,7% del interés abierto vendida, y en la última semana profundizaron un poco esa posición. En el caso del maíz están levemente comprados, un 3,1% de los contratos abiertos, agregando dos puntos a esa posición en la última semana.
Esta semana algunos indicadores reales comenzaron a mostrarle a los operadores que es demasiado temprano para generar compras, ya que hay gran cantidad de vendedores de mercadería real en Sudamérica deseosos de capturar cualquier suba con fuertes exportaciones.
En el último tiempo las exportaciones semanales de soja en EE.UU. han sido bajas. En los primeros meses del año comercial norteamericano mostraron una fuerte demanda de soja por parte de Asia acompañada por el resto de los compradores. Esto llevó al USDA a ajustar al alza sus proyecciones de demanda. Pero la performance de las últimas semanas nos pone en línea con los objetivos planteados por el USDA. La gran pregunta es: ¿ahora China dejó de comprar soja? La respuesta es no, sólo pasó de comprarla en EE.UU. a adquirirla en Sudamérica.
Las estimaciones privadas de producción para nuestros países sugieren que todavía podría haber mayor producción que la estimada por el USDA.
Habrá que ver de todas formas para poder llegar al número final de producción cuál es el efecto de las pronosticadas lluvias en época de cosecha para Argentina, situación que ya está afectando en Brasil.
En principio el efecto de las lluvias en cosecha es una demora en el ritmo de llegada de mercadería a los puertos, pero si las mismas se sostienen mucho en el tiempo, en el caso de la soja, pueden llegar a implicar pérdidas productivas, que son muy difíciles de cuantificar.
El maíz está con intenciones de subir en el mercado internacional ante las perspectivas complicadas de producción para este año en EE.UU., pero lo limita la soja que con la entrada de la oferta en Sudamérica debería estar más débil.
Pasando al plano local, en las últimas dos semanas asistimos a un fenómeno que se repite todos los años: el de la confluencia de los precios de cosecha vieja y nueva. Con la entrada de los primeros lotes significativos al mercado de la nueva mercadería, los precios salen de un escenario de poca oferta y pasan a uno de oferta excesiva.
Esto no es para preocuparse, ya que obedece a la estacionalidad. Era esperable que ocurriera. La gran pregunta es ahora cómo sigue la estacionalidad en el mercado de soja. Recordemos que la producción es muy grande, que hay ya bastante mercadería comprada que tiene que ir siendo entregada a los exportadores y fábricas, y que además la necesidad de dinero para el productor hará que este tenga que salir a vender activamente.
Con todo eso en mente, salvo que la cosecha sea muy accidentada por lluvias o incluso por alguna medida de fuerza del agro que limite la comercialización por un período prolongado, podemos esperar una fuerte baja de los precios disponibles. Si a esto la sumamos la debilidad que genera la trilla de Sudamérica para el mercado mundial, podríamos ver valores muy bajos para la soja en el corto plazo.
Sin embargo cuando el mercado digiera el tamaño y la presión de la cosecha Sudamericana y pase a analizar las tendencias de la campaña del hemisferio norte, donde la expectativa de aumento de área es menor, habrá que ver las perspectivas de demanda que son importantes, y la evolución del clima, todo esto dentro de un contexto donde los precios bajaron mucho, a pesar de que vistos en retrospectiva sobre años anteriores los precios son muy buenos.
En el caso del maíz los valores también van siguiendo lo ocurrido en Chicago, aunque con menores variaciones. El saldo exportable aún está activo, aunque se vienen dando autorizaciones a un ritmo preocupante.
Esta condición del mercado se agotará rápidamente y pasaremos a un mercado con ausencia de exportadores. En ese momento perderemos vinculación con el exterior, y podría ocurrir esto justo cuando los valores comiencen a recuperarse.
Frente a ello caben tres alternativas, vender y retener soja en lugar de maíz, entregar el maíz a fijar pero por el 50% de la pizarra de soja, o bien entregar el maíz a fijar pero sobre el mercado de Chicago con un diferencial ya determinado hoy. Los tres elementos entrañan riesgos, pero el problema es que el riesgo mayor es quedarse con maíz en Argentina.
En lo que hace al trigo, el mercado sigue muy pesado con los productores deseosos de vender, los exportadores fuera de mercado, y los molinos harineros necesitando comprar en el corto y mediano plazo una cantidad bastante menor de la que los productores quieren vender.
Es importante comprender que el consumo interno necesita el maíz que quedó dando vueltas. El problema es que no pueden comprarlo ahora por dos problemas: falta de espacio y capacidad de financiamiento. Además, no tiene sentido que salgan a comprar ya que saben que no hay forma de que esa mercadería se les escape, porque la exportación está cerrada.
Este es el "no mercado" del trigo en el que nos ha sumido el sistema de ROE VERDE, y debemos recordar como opera, teniendo presente que podría instalarse también para el maíz.
No pocas personas están preguntando ya por el trigo para la cosecha próxima. Internacionalmente el problema del trigo son los abultados stocks que maneja. El trigo no tiene una demanda para biocombustibles, y esto lo deja en una situación de desigualdad frente a la soja y al maíz. Sin embargo sus precios están relacionados con el maíz, ya que cuando el maíz sube mucho de precio y el trigo se retrasa, este último se empieza a usar como forraje. Por eso el trigo acompaña la suba del maíz. Pero ante esos precios que son buenos, el mundo sigue sembrando.
Menos que el año anterior, pero más de lo que sugerirían sus stocks, los cuales ya están casi en el 50%.
Esta campaña se espera que el trigo en EE.UU. le ceda mucha área a los otros cultivos, y es posible que lo mismo pase en otros países, pero por ahora estamos lejos de poder asegurar que esto ajustaría los stocks a niveles más razonables. La normalización podría llevar varios años.
No obstante, como mencionamos antes, el trigo tiene un piso que le da la elevada cotización del maíz, y eso difícilmente cambie.
El precio que en Argentina se observa para la cosecha nueva, la posición enero 2011 en el Mercado a Término, es de algo más de 140 U$S/tt. Este valor puesto en los modelos de rentabilidad para el año próximo resulta atractivo para la zona núcleo sojera, donde la combinación trigo / soja arroja buenos rindes por las características climáticas, de suelos y el manejo del cultivo que realizan los productores. A eso debemos sumar la zona núcleo triguera donde el cereal es la principal o casi única alternativa, razón por la cual en dicha región el área cae muy poco e incluso puede crecer.
Este año en la zona núcleo sojera, no se pudo sembrar trigo porque las lluvias llegaron demasiado tarde y las reservas eran casi inexistentes.
Pero si este año sigue siendo llovedor como se espera en la cosecha de maíz y soja, cuando se pueda encarar la siembra de trigo, las reservas serán muy abultadas.
CONCLUSION
Podemos esperar en Argentina que el área de trigo crezca, aunque seguirá en niveles bajos respecto al histórico, ya que el interés por el mismo no será tan fuerte por la cuestión de la falta de mercados.
Seamos claros: que el precio a enero del 2011 sea de 140 U$S/tt, no significa que cuando ese mes llegue el precio se mantendrá ni que el interés comprador existirá. El sistema de ROE VERDE se encargará de en algún momento quitar interés comprador en el mercado. Y como nadie vende la producción por anticipado, sino que se espera a tener claro el volumen de producción para hacerlo, es posible que vuelva a ocurrir lo de este año: cuando llegue la cosecha, los exportadores estarán con el trigo ya comprado, esperando que se abran los ROE para anotar sus negocios de exportación, y no tendrán interés en comprar.
La recomendación sería aprovechar los buenos precios y vender por anticipado, pero nadie hace esto cuando ni siquiera se sabe si se podrá sembrar o no. En conclusión, vamos camino a otro problema el año próximo con los mercados del trigo, salvo que este sistema de ROE VERDE desaparezca. Ese sería el mejor camino, pero la derogación de los ROE VERDE debería anunciarse rápido para que los productores lo tengan en cuenta al momento de definir su intención de siembra para la campaña próxima.
Fuente: Dante Romano - Director Académico del Centro de Gestión Agropecuaria de Fundación Libertad, La Opinión de Rafaela; FyO.