EL PRO HUERTA CUMPLE 20 AÑOS TRABAJANDO CON LA GENTE.
En la zona del INTA Rafaela el programa comenzó a desarrollarse con fuerza en al año 1993.
Pro Huerta nace el 3 de Agosto de 1990, en el Gran Buenos Aires, Rosario, Santa Fe y Mendoza y tiempo después comienza a expandirse por todo el territorio nacional. En la zona del INTA Rafaela, comienza a andar en 1993.
Es un Programa Nacional, que da sus primeros pasos de la mano del INTA y la entonces Secretaría de Desarrollo Social de la Nación, hoy Ministerio de Desarrollo, y ha venido evolucionando, definiendo su identidad y su pertenencia, asentado fuertemente en la respuesta a las necesidades sentidas de un grupo grande de personas e instituciones, en una suerte de aprendizaje constante, valoración e integración como herramienta social y tecnológica. Hoy, tiene un rol indiscutible en el marco de las políticas sociales del país.
Desde sus comienzos, el Pro Huerta recorre un camino impregnado de sueños que consiguen materializarse, abarcando a millones de personas, organizaciones y lugares de todo el país. Ha sobrevivido a las políticas sociales de distintos gobiernos y a los intentos hacerlo desaparecer, porque en esos momentos, la misma gente se encargó de hacer ver su importancia. Hoy es una iniciativa que la gente hizo.
Haití y Perú son países que actualmente han llevado el Pro Huerta a sus tierras y otros países latinoamericanos se nutrieron de esta experiencia y la hicieron suya. En nuestro país, sigue siendo uno de los programas nacionales que conjuga lo productivo con el rescate de valores permanentes de solidaridad.
Está dirigido a la población en situación de pobreza, que enfrenta problemas de acceso a una alimentación saludable, promoviendo una dieta más diversificada y equilibrada mediante la autoproducción en pequeña escala de alimentos frescos. Esto se realiza difundiendo modelos de huertas y granjas agroecológicas de tipo familiar, escolar, comunitario e institucional. Se trata de una respuesta concreta a las necesidades de la gente, que une objetivos de autoabastecimiento de alimentos naturales en forma económica con la solidaridad, el compromiso y el compartir centrado en el respeto al otro.
En este proceso orientado a la seguridad alimentaria, el rol activo de los promotores y la red de organizaciones de la sociedad civil, resultan estratégicos en el acompañamiento a los huerteros.
¿Qué hace?
Ofrece una serie de prestaciones básicas, tales como insumos biológicos, capacitación y asistencia técnica, para que las familias y grupos o entidades de la comunidad puedan generar sus propios alimentos. Además capacita a promotores voluntarios de la comunidad; genera, adapta y aplica tecnologías apropiadas, provee semillas y planteles de animales menores de granja y asiste técnicamente para que las familias y grupos intervinientes puedan producir bien, elaborar conservas, participar de ferias y adquirir capacidades para encarar pequeños emprendimientos.
En el departamento Castellanos hay más de 4.100 huertas en pleno funcionamiento sostenidas por el trabajo cotidiano de 79 promotores voluntarios, docentes e institucionales pertenecientes a 29 localidades. Esto significa la posibilidad de comida diaria para casi 19 mil personas.
Fuente: Cadena 3.