La conducta de los frigoríficos, sin atenuantes
En los frigoríficos nadie discute la norma que fija el peso límite de faena, pero les gustaría que la mayor cantidad de kilos sean por oportunidades comerciales. Así como en el Derecho Penal existen los atenuantes, que son las circunstancias que reducen la responsabilidad ante una infracción, en la normativa que regula a la actividad frigorífica debería haber una figura similar.
En los frigoríficos nadie discute la norma que fija el peso límite de faena, pero les gustaría que la mayor cantidad de kilos sean por oportunidades comerciales.
Así como en el Derecho Penal existen los atenuantes, que son las circunstancias que reducen la responsabilidad ante una infracción, en la normativa que regula a la actividad frigorífica debería haber una figura similar.
Nadie en el sector de la industria discute la obligatoriedad de cumplir con los límites mínimos de faena y con la legislación vigente en materia de controles fiscales, entre otros requisitos. También le gustaría tener más previsibilidad en el negocio y que la posibilidad de faenar novillos con más kilos sea más por una oportunidad comercial (por más exportaciones, por ejemplo) que por una imposición normativa.
De la misma forma que es el Estado el que hace cumplir las normativas sanitarias y de fiscalización, aplicando su poder de policía, su deber es también generar reglas de juego claras para darle tranquilidad a la industria.
Las suspensiones transitorias de los envíos de carne al exterior, a través de la no autorización de operaciones (ROE), genera en el sector exportador costos difíciles de absorber. Si a eso se suma la vigencia del pago de una retención del 15 por ciento sobre el valor de la tonelada, la ecuación no cierra por ningún lado.
Mientras la política pública en materia de ganado y carne bovina sigue siendo más de restricción que de estímulo, las estrategias de fiscalización y de control llevan al límite a los industriales, que son el cuello de botella de la cadena.
A partir del 15 de septiembre, la Dirección de Inocuidad del Senasa dispuso con carácter obligatorio que todas las plantas de faena de bovinos con habilitación para el tránsito federal implementen el Sistema Integrado de Gestión de Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Sigica).
La herramienta permite a los frigoríficos remitir información diaria al Senasa, vía Internet, sobre la composición y la sanidad de las tropas faenadas. La normativa de implementación es clara: las empresas que no cumplan con el plazo establecido serán bloqueadas para la gestión del documento de tránsito electrónico (DTE), por lo cual no podrán recibir animales para faena.
El cruce de datos que mantienen el Ministerio de Agricultura, a cargo de Registro Único de la Cadena Agroalimentaria (Ruca), luego del cierre de la Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario (Oncca), con el Senasa, que lleva el registro del DTE de los animales para faena, hace a la eficacia del control. Todo frigorífico que sea suspendido del Ruca, por algún incumplimiento en la normativa vigente, automáticamente no recibirá animales para faena.
En la industria frigorífica, nadie se queja por la modernización del sistema de información sanitaria, que el Senasa puso en marcha hace más de 10 años. Si bien se reconoce que “ley pareja no es rigurosa”, se advierte que contar con las condiciones que promuevan su cumplimiento también es parte del sistema.
Fuente: Alejandro Rollán | La Voz del Interior