LA MANCHA OJO DE RANA SIGUE DANDO QUE HABLAR.
Técnicos de Córdoba siguen aportando datos sobre las pérdidas que causó esta enfermedad, relativamente nueva. En el sur de la provincia se registraron mermas de 10 quintales por hectárea y en algunos lotes puntuales se registraron hasta 20 quintales.
Sin lugar a dudas a la hora de contabilizar los rindes que proporcionaron los lotes de soja en las diversas zonas del país los productores han visto, este año, una enfermedad que ha hecho que la disminución de los kilos por hectárea sea de suma importancia.
La vedette de la campaña sojera 2009/2010 ha sido mancha ojo de rana (MOR) que, puntualmente, en el sur de la provincia de Córdoba ha producido perdías de 10 quintales por hectárea y en algunos lotes puntuales se registraron hasta 20 quintales.
La zona donde se registró más problemas con MOR, a nivel país, fue el sudeste cordobés donde la enfermedad apareció en noviembre y hasta la cosecha se mantuvo.
La época más grave fue la primer y segunda semana de febrero donde se vieron los ataques más fuertes.
La mancha ojo de rana es provocada por un hongo llamado Cercospora sojina que persiste en el rastrojo y en la semilla y que en esta temporada en particular atacó los cultivos desde muy temprano.
En el campo se reconoce por lesiones pequeñas y circulares de tejido muerto, de color canela con un borde rojizo-castaño, sin halo clorótico. Un gran número de lesiones por folíolo pueden coalescer y necrosar gran parte del mismo, provocando su caída. En las vainas también aparece el mismo síntoma, y el hongo puede desarrollarse a través de la pared de la vaina e infectar la semilla madura.
“Este año las afecciones se vieron desde el estado vegetativo de la planta mientras que en la campaña anterior lo habíamos visto en estadíos reproductivos”, comentó la ingeniera agrónoma Silvia Distéfano, del INTA Marcos Juárez.
En relación a las pérdidas en los rendimientos aseguró que “hubo muchas variantes según el tipo de fungicida que se usó y el momento en que se realizó la aplicación. Hay mucha pérdida en cuanto a productores que realizaron la aplicación tarde o cuando se dieron cuenta del problema ya era tarde”.
De todos modos, la ingeniera dio datos de que “hubo aplicaciones muy buenas donde se registraron altos picos de rendimiento”.
Para tener noción de la explosión que tuvo MOR basta con ver la gran cantidad de provincias donde se registraron ataques. “Se hizo un rastreo de hasta dónde estuvo la enfermedad presente y con otros niveles de severidad, no tan graves como este, la pudimos registrar en todo lo que es Santiago del Estero, toda la provincia de Santa Fe, Entre Ríos, Buenos Aires, algunos lotes en San Luis y también La Pampa”, comentó Distéfano.
Además, se detectó la presencia del patógeno en algunos lotes de Bahía Blanca, lo cual llama la atención visto que es una enfermedad que prolifera en ambientes de altos niveles de temperatura y humedad.
Los próximos años, sobre el territorio argentino, habrá una verdadera alfombra infinita de rastrojos infestados y un volumen nunca visto de semillas infectadas que ya nos obliga a generar una prospectiva para establecer medidas de manejo integrado si es que se repite un año caluroso, lluvioso y si se continúan sembrando variedades muy susceptibles.
Fuente: Cadena 3.