SOJA: CUANDO LA PRODUCCIÓN MUESTRA SUS GARRAS.
Día que pasa, día que los productores van tomando conciencia del peso de su comportamiento en los mercados granarios, sobre todo de la soja.
No es osado afirmar que de no haber sido por el alto grado de retención de mercadería, sobre todo la que se registra en los campos, los precios deberían haber caído desde principios de marzo.
La reticencia a la venta por parte de Brasil y Argentina está dando frutos. Los precios, tanto del MERCOSUR como de Chicago, tienen un soporte que amortigua la presión de la producción.
En Brasil, la reticencia se explica porque los productores aguardan una depreciación del real para que los productos de exportación eleven su competitividad.
En Argentina, la reticencia se basa en la búsqueda de mayores precios para paliar la suba de los costos internos. Además, el productor teme quedar líquido en un cuadro de inflación elevada y con expectativa de aceleramiento.
Obviamente, la estrategia de retención se fundamenta en el uso masivo del silo bolsa.
Por ello, pese a todo lo dicho y a las expectativas cumplidas de una gran cosecha, los precios han logrado mantener un nivel mínimo no previsto, no sólo aquí sino también en EE.UU.
La realidad es que, desde que comenzara la cosecha, los precios se han expresado en promedio en torno a $880 aproximadamente (disponible Rosario).
Es más. Durante el los últimos días de marzo y los primeros de abril la media se acercaba a $840. Diferente fue la situación en mayo ya que los valores se movieron en torno a $880.
En rigor de verdad la tendencia negativa del precio se registra desde que se inicia el año (algo más de $1.000) y hasta mediados de abril último (cerca de $800). Pero luego comienza a subir hasta quedar en torno a $880.
Se podría decir que el mercado de la soja ha marcado un piso difícil de romper.
Ahora bien ¿es posible que de ahora en más tal nivel se quiebre?
Por supuesto, si lo es. Considerando la fundamentos existe una elevado probabilidad para así suceda.
Pero ello, no es garantía de que tal acontecimiento se efectivice. Dos cosas siguen mostrando sus garras.
Por un lado, la oferta continúa restringida merced a la postura de los productores de América del Sur y a la falta de mercadería en América del Norte.
Y por otro, la demanda no muestra signos demasiado contundentes de debilitamiento, pese a la pérdida de valor del euro, que obviamente afecta a los precios sobre todo de la industria sojera, concretamente de la harina, que va a dar a la U.E.
Así todo, los precios se resisten a caer. Ello responde a la auto-restricción de la oferta.
La producción se defiende. Y aprende la lección para otros años.
Fuente: ON 24.