EL CAMPO DENUNCIA QUE EL ESTADO SE QUEDA CON LA MITAD DE LA RENTA DE LA SOJA.
Cuando acaba de terminar la mayor cosecha de soja de la historia nacional, la presión impositiva sobre el campo vuelve a estar en el foco de las críticas del campo que, a través de las entidades agropecuarias, siguen reclamando una modificación de las alícuotas de retenciones que pesan sobre las exportaciones de granos.
Cuando acaba de terminar la mayor cosecha de soja de la historia nacional, la presión impositiva sobre el campo vuelve a estar en el foco de las críticas del campo que, a través de las entidades agropecuarias, siguen reclamando una modificación de las alícuotas de retenciones que pesan sobre las exportaciones de granos.
Según un estudio elaborado por el dirigente agrario Néstor Roulet, el Estado se queda con el 48,11% de la renta de la soja en el caso de las tierras sembradas por sus propios dueños y con el 48,74% cuando se trata de explotaciones agrícolas en campos arrendados.
El informe se basa en una hectárea de soja promedio que rindió 32 quintales (10% más que el rendimiento promedio nacional, aclara el autor) con un precio de u$s 340 por tonelada de grano.
Los ingresos por hectárea cosechada alcanzan los u$s 1.088, pero a partir de este número hay que empezar a hacer una lista de descuentos.
El primero es el de las retenciones, que son del 35% para la soja, que suman u$s 380,8 por hectárea y recortan los ingresos a u$s 707,2, tanto para los grandes productores como para los chicos, así como para los que siembran sus propios campos o los alquilan.
En el caso de las hectáreas sembradas por productores que las alquilan, se adiciona una carga impositiva de $ 32,44 por hectárea que le corresponden al contratista en concepto de ingresos brutos, impuesto al cheque, e impuesto a las ganancias y otros u$s 117 que paga el dueño, que suma a los anteriores el impuesto inmobiliario y otras tasas municipales, además de Bienes Personales.
Las ganancias del Estado por la vía de los impuestos, -con una enorme participación de la autoridad nacional gracias a las retenciones- ascienden a u$s 530,25 por hectárea en el caso del campo alquilado y a u$s 523 por hectárea para los campos sembrado por sus dueños.
En función de estos números, el balance de la campaña que acaba de terminar, en la que se sembraron 19 millones de hectáreas de soja, arroja una ganancia total para el Estado superior a los u$s 10.000 millones. Sólo por retenciones, las arcas nacionales obtendrán más de u$s 7.200 millones, al valor de la soja indicado.
Aún así, el sector agropecuario está señalado como uno de los más evasores de la economía argentina, con un alto número de trabajadores en condiciones irregulares. El estudio del dirigente de Confederaciones de Asociaciones Rurales de la Tercera Zona (Cartez) no sólo revela la enorme participación del Estado en la rentabilidad del productor, sino también el profundo desincentivo que sufre el productor que alquila campos para sembrar, más aún si se trata de personas con poca espalda y pequeña escala.
En algo más de quince días, la Comisión de Agricultura de la Cámara de Diputados se dispone a tratar los proyectos en danza de retenciones y su titular y ex dirigente rurales, Ricardo Buryaile, indicó que el tema de la segmentación estará dentro de la discusión.
Fuente: El Cronista, Cuenca Rural.