LA CAMPAÑA 2009/10 DEJARÁ UN SALDO EXPORTABLE IMPORTANTE.
A poco de finalizar la cosecha de los granos gruesos, se consolida un volumen de producción muy cercano al récord histórico con algo menos de 95 millones de toneladas. Estimaciones preliminares, en el marco de los precios actuales de exportación, ubican el valor de éste en torno a los 25.000 millones de dólares (6.000 millones de dólares por encima del ciclo anterior).
El excelente desarrollo de los cultivos a partir de un clima excepcional, sin duda, permitió alcanzar rendimientos muy elevados en particular en soja y maíz, los dos principales cultivos de este ciclo, que en conjunto aportaron 76 millones de toneladas.
Ello permite inferir un saldo exportable total de importancia, no sólo de materia prima, sino también de productos elaborados, básicamente de aceites y harinas proteicas.
Estimaciones preliminares, en el marco de los precios actuales de exportación, ubican el valor de éste en torno a los 25.000 millones de dólares (6.000 millones de dólares por encima del ciclo anterior).
Mientras que se estima una recaudación fiscal total de aproximadamente 7.500 millones de dólares, es decir mil millones de dólares superiores a la campaña pasada, sólo considerando los derechos de exportación.
En este esquema, el complejo sojero continúa siendo el generador de ingresos por excelencia, ya que explica el 80 por ciento de los ingresos de divisas por su exportación y el 85 por ciento de los ingresos fiscales en concepto de retenciones a las mismas.
La comercialización interna de la cosecha avanza a un ritmo acelerado, particularmente en cuanto a los cultivos de cosecha fina (trigo, cebada y otras) y los de cosecha gruesa en especial los forrajeros, maíz y sorgo.
En estos últimos se observa un nivel de ventas por parte de los productores coincidente con las necesidades de los operadores, tanto para exportación, como para consumo interno.
En tal sentido, las oportunas aperturas de contingentes de ROEs (Registros de Operaciones al Exterior) por volúmenes significativos permitió un flujo de comercio más ágil, que lo registrado en ciclos anteriores.
Sólo se observa cierta retención en la venta de la soja, a la espera de una mejora en el nivel de las cotizaciones.
Sobre una producción total cercana a las 54 millones de toneladas, se llevaban compradas en la última semana de junio algo más del 60 por ciento, 32.5 millones de toneladas, cifra relativamente similar a la del año pasado, aunque desde el punto de vista del volumen absoluto es mucho mayor, ya que la producción del año anterior fue muy reducida.
Lo llamativo es que de ese total restan aún por fijar precio aproximadamente seis millones de toneladas.
Esta decisión de demorar la venta, no tiene mayor relación con las expectativas de los precios de exportación.
Evidentemente, el hecho de haberse registrado una producción récord mundial, con una amplia disponibilidad de soja, sumado a ciertas incógnitas respecto al comportamiento de la demanda --en especial de China, principal mercado del aceite de soja argentino, hoy paralizado-- no permiten augurar una mejora en las cotizaciones en el mediano plazo.
Si se compara la posición más cercana en el Mercado a Término de Buenos Aires, (julio a 231,5 dólares la tonelada de soja), con las más diferidas, coincidente con la salida de la nueva cosecha americana, (noviembre a 235 dólares la tonelada), se puede inferir que el "pase" entre ambas no representa los costos "de llevar" la mercadería en el tiempo.
Sin duda, aquellos productores, que a la fecha sanearon sus deudas, luego de un año muy difícil en materia de producción y rentabilidad y comienzan a pensar en la siembra de la próxima cosecha gruesa, son muy cautos a la hora de liquidar sus existencias.
Esto ocurre, en especial cuando se rompe la barrera de los 900 pesos la tonelada de soja, la cual funciona como una suerte de "piso psicológico" a la hora de tomar la decisión de venta.
Fuente: Gustavo López, Agritrend; El Diario. Cuenca Rural.