EL CENTENO SE AFIANZA COMO OPCIÓN FORRAJERA EN LA ZONA SEMIÁRIDA.
Todos los años entre 400 y 500 mil hectáreas se cultivan en el sudoeste bonaerense, sur de Córdoba y La Pampa. Es el cereal más resistente a situaciones de clima extremas.
El centeno es un cultivo que se adapta muy bien, tal vez el que mejor se adapta, en la región del sudoeste de Buenos Aires, sur de Córdoba y La Pampa que abarcan la considerada zona semiárida. En los últimos años con una sequía tan marcada, ya son cuatro años, el centeno se destaca por sobre otros cereales por su mejor comportamiento ante la escases hídrica y las heladas.
Este año llovieron menos de 250 milímetros en siete meses y hace más de dos meses que no llueve, pero sin embargo el centeno se ha comportado bien y ha superada las etapas críticas. “Es lo único que está tirando y comparado con la avena u otra cobertura de invierno es el cultivo que está resistiendo”, aseguró el ingeniero Juan Carlos Tomasso del INTA Bordenave.
De todas maneras, no se ha registrado un aumento considerable en la superficie implantada, que oscila de una campaña a otra en torno a las 400 ó 500 mil hectáreas, porque “en primer lugar fracasó en las últimas campañas la producción de semilla”, `puntualizó el ingeniero. Los semilleros no tienen reserva por los magros rendimientos de cosecha de la campaña anterior, cuando la mayoría de los lotes no superó los 300 kilogramos.
En general la semilla cosechada es para implantar cultivos al año siguiente y una mínima parte se destina a la industria. En este sentido, Tomasso explicó que “no son centenos seleccionados para la industria sino que su objetivo es la producción de pasto, por lo que lo poco que se cosecha se guarda para semilla del año próximo”.
Una opción para la seca
Normalmente el productor que hace centeno lo repite a lo largo de los años, pese a que el cultivo más difundido en la región es la avena. Cuando se presentan situaciones climáticas adversas en años consecutivos los productores de la zona optan por el centeno, casi inevitablemente.
“Recomendamos desde el INTA –comentó el ingeniero Tomasso- que aunque sean años que se prevén favorables en cuento al clima, se destine algún lote al centeno además de implantar de manera mayoritaria avena, para tener mayor seguridad y encadenar los verdeos”.
Esto último tiene que ver con que el centeno para fin de septiembre pierde calidad porque empieza a encañar, en cambio la avena puede ser comida por los animales hasta fines de octubre e incluso noviembre cuando está engranada.
Fuente: Cadena 3.