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PODRÍA ANTICIPARSE LA ESCASEZ.
Hay menos ganado liviano encerrado, el invierno está resultando malo para los engordes pastoriles y muchos ganaderos no quieren vender ante los altos precios y la aguda escasez de la invernada. La demanda está floja, pero la oferta promete caer un escalón más, con precios para el ganado y la carne que parecerían próximos a un techo.